Cuando mi hija era más pequeña podía pasarse horas entretenida con un juego que consistía en encajar piezas de madera en una casita que tenía huecos con distintas formas: cuadrados, círculos, triángulos…
Lo que más me llamaba la atención era el empeño que ponía en tratar de hacer encajar una pieza con una determinada forma en un hueco diferente, hasta que se daba cuenta que no era posible y lo intentaba con una pieza distinta.
Su cara de satisfacción cuando lo conseguía, no tenía precio 🙂
Hace poco me acordé de este juego cuando un par de amigos me contaron prácticamente la misma situación que estaban viviendo en sus empresas: sentían que no terminaban de encajar en sus actuales empresas.
No era un situación que hubiesen vivido de la noche a la mañana, sino que había sido progresivo, a medida que como profesionales habían ido creciendo.
Este hecho tiene bastante que ver con algo que, desafortunadamente, está muy extendido en las empresas: no se valoran a las personas por sus capacidades o lo que pueden aportar, sino por si encajan, como si de una pieza se tratase, en una estructura empresarial que solo busca que el mecanismo siga funcionando a la perfección, sin importar nada más.
Lo malo de esto es que, como buen engranaje que necesita funcionar, expulsa de forma sistemática aquellos elementos que pueden hacer que la maquinaria no funcione como se espere.
Y era eso precisamente lo que les había pasado a ellos.
Contenidos
Encajar o no encajar en la empresa; he ahí el dilema
Durante los más de 15 años que he trabajo en la empresa privada he tenido, como algo recurrente, la percepción de no haber sido capaz de encontrar mi sitio, ni esa empresa maravillosa en la que quedarme durante muchos años.
Durante mucho tiempo pensé, y me llegué a creer de una manera muy firme, que el problema era yo:
- Yo no sabía adaptarme a los procesos inútiles y sin valor que se repetían de forma mecánica en la empresa de turno y que nadie era capaz de explicarme por qué se seguían haciendo. Simplemente se hacían y punto.
- Yo no dejaba de cuestionar por qué se hacían las cosas cómo se hacían, por qué se tomaban decisiones que, claramente, iban en contra de los clientes, los proveedores, los empleados… y todo bajo el mantra: «es que siempre se ha hecho así».
- Yo era la «nota discordante», la que me empeñaba en probar cosas nuevas y diferentes en vez de seguir al pie de la letra lo que ya se hacía. ¿Por qué cambiar lo que ya funciona?, me decían.
Cuando encajar en la empresa no es una opción
Lo cierto es que las empresas tienden a buscar que los empleados cumplan un determinado perfil.
Que no cuestionen y que hagan lo mismo que el resto.
Y, sobre todo, que se ajusten como una pieza más.
El problema surge cuando la persona deja de encajar en esa «maravillosa» estructura.
Cuando como profesional te das cuenta que ese ya no es tu sitio.
Entonces es cuando te planteas si quieres hacer un esfuerzo, grande, por seguir encajando o simplemente buscar una opción diferente.
La nueva realidad laboral
Me llama mucho la atención los innumerables artículos existentes hoy en día que hablan sobre el surgimiento de nuevas maneras de entender el trabajo, mucho más abiertas, flexibles y colaboradoras alejadas de las tan tradicionales estructuras jerárquicas de las organizaciones.
Algunas de estas figuras, hasta ahora desconocidas en las organizaciones, luchan por hacerse un hueco en las empresas, abriéndose paso a codazos dentro de estructuras rígidas, donde incluso los otros compañeros los miran de reojo por temor a que pongan en peligro su ansiada estabilidad.
Son los knowmads, los social networkers, slasher, los supertemp…
La realidad es que resulta muy complicado poder encontrar siquiera pequeños rastros de estos «nuevos profesionales» en muchas empresas ya que las estructuras tradicionales no suelen acoger con los brazos abiertos a esta nueva manera de entender el trabajo.
¿Y si tu talento no encajase en la empresa?
Lo más probable es que nos encontremos con personas que sí tienen ciertos rasgos de estos nuevos modelos de profesionales más acordes con los cambios que se están produciendo en el mercado de trabajo.
Trabajadores que hacen verdaderos esfuerzos por sobrevivir, por evitar no ahogarse dentro de las estructuras enconsertadas y obsoletas de muchas empresas, aunque algunas se empeñen en tratar de vendernos que no es así.
Empleados que sienten que no son bien recibidos y cuya manera de entender el trabajo causa demasiados recelos en estructuras donde todavía se espera que los trabajadores cumplan con una serie de normas, y donde la flexibilidad brilla por su ausencia.
Estos profesionales conciben el mundo laboral de una manera diferente a la tradicional y aunque, no tienen por qué ser especialmente disruptivos, necesitan de un cierto clima para poder hacerse un hueco en la empresa y que esta se beneficie de lo que pueden aportar a sus apolilladas estructuras.
El problema viene cuando como profesional nos damos cuenta de que estamos evolucionado, que buscamos algo más y que nuestra empresa se va quedando atrás.
Y lo que es peor: tampoco parece importarle a la organización que no encajemos.
Al fin y al cabo en el mercado laboral hay muchos recambios. O quizá no.
3 ideas para que estos nuevos profesionales nos elijan como empresa:
- Persiguen poder crecer y desarrollarse a nivel profesional: si la empresa no le puede ofrecer las condiciones necesarias, muy probablemente se marcharán a otra empresa que sí pueda hacerlo. No buscan la comodidad de un salario fijo sino que el proyecto sea lo suficientemente retador como para quedarse una temporada.
- Son conscientes de lo que pueden aportar a nivel profesional y lo hacen valer: a diferencia de lo que ha venido sucediendo hasta ahora, estos profesionales no están dispuestos a aceptar cualquier cosa por trabajar en una empresa. Conciben el proceso de selección como una negociación donde ambas partes deben poner encima de la mesa lo que pueden ofrecer para poder llegar a un acuerdo.
- Buscan por encima de todo tener el control de su carrera profesional: en el momento en el que se sientan que son una mera pieza más de un mecanismo más grande, posiblemente buscarán nuevos horizontes.
En la nueva realidad laboral son las empresas las que necesitan a las personas, y no al revés.
Hola Isabel.
Que pedazo de post has compartido hoy, fijate que a mi me pasó lo que cuentas en este, evolucioné en una empresa que se quedó con estructuras, prácticas y jefes de hace 30 años atrás, el resultado era inminente: ya no encajaba en esa empresa y opté por retirarme.
Actualmente me encuentro buscando otra opción laboral pero como bien lo comentas en el post, las empresas no quieren cambiar, siguen con sus misma inflexibilidad y resistencia al cambio, a los tiempos actuales y me temo que así será todavía por varios años más.
Ante este escenario, lo más viable en el corto plazo será que la alternativa coherente y armoniosa será crear mis propias fuentes de ingresos.
Gracias por compartirlo y felicidades nuevamente, saludos desde México.
Gracias de corazón Manfred por tus palabras.
Me alegra saber que el post ha podido ayudarte o por lo menos darte alguna pauta que te sirva para seguir adelante o entender qué está pasando.
Saludos desde España!
Isabel
Excelentísimo post Isabel, Gracias por compartirlo.
Justamente en ese proceso estoy yo ahora mismo, con esas mismas sensaciones…y decidiendo que será de mi futuro laboral con cuarenta y muchos años que tengo y muchísima experiencia para aportar en cualquier compañía.
Mil gracias por compartirlo.
Gracias a ti Laura por tu comentario.
Lo cierto es que la realidad laboral ha cambiado tanto que resulta difícil poder encajar.
Isabel
Interesante artículo.
Saludos,
Leonardo Cardillo
https://www.linkedin.com/in/leonardocardillo
Gracias Leonardo 🙂
Hola Isabel,
Agradezco mucho este post. actualmente mi esposo se encuentra en búsqueda de nuevas experiencias en el ámbito laboral y he observado tras bambalinas como muchas de esas anécdotas a las que hacen referencia se han materializado en sus entrevistas.
Hola Aimee:
Lamento que tu marido esté teniendo esa experiencia negativa pero desafortunadamente es mucho más habitual de lo que parece.
Ánimo y que no se desanime. Es fundamental que tenga clara su estrategia, que se marque un objetivo y que vaya a por ello.
Gracias por pasarte por el blog!
Isabel
Excelente post, me sentí identificada al 100% en cada párrafo, es muy aliviador, tranquilizante y emocionante que no soy la única que le pasa esto. Como tú, ya comenzaba a creer que era yo la del problema, pero veo que las nuevas generaciones piensan como yo, y gracias a este post también, veo que no soy la única.
Gracias por escribirlo y compartirlo
Hola Paty:
No puedes hacerte idea lo rara que me he sentido yo durante mucho tiempo hasta que me di cuenta de todo esto.
Menos mal que supe darme cuenta a tiempo y ver que igual los raros son los demás, jejeje
Gracias por pasarte por el blog!
Isabel