Recientemente leía un artículo de Liz Ryan en el que daba una serie de pautas sobre cómo sortear, por decirlo de una manera delicada, al departamento de Recursos Humanos para poder conseguir un puesto de trabajo, o por lo menos acceder a una posible entrevista.
Hay dos aspectos que me llaman la atención de este artículo:
- Se trata de un artículo escrito por una profesional de Recursos Humanos en el que da indicaciones sobre cómo precisamente «puentear» a un colega de profesión y poder acceder a una oportunidad laboral. Y claro está, como buena conocedora que es del tema da pautas más que interesantes por todo el conocimiento que tiene de cómo funcionan los departamentos de Recursos Humanos dentro de las organizaciones.
- Y la segunda cuestión que todavía me resulta más llamativa es el hecho de sea alguien que se dedica de manera profesional a realizar selección la que aconseje a los candidatos sobre cómo poder obtener una oportunidad para acceder a una entrevista, lo cual no deja en muy buen lugar a todos los que se dedican a realizar selección dentro de las organizaciones. Es decir, no se trata de una intrusa, una «outsider» o una advenediza sino que es alguien que conoce muy bien cómo son los procesos de selección dentro de las organizaciones.
Lo cierto es que, aunque me duela reconocerlo, comparto al 100% todo lo que transmite la autora en el artículo.
Me resulta muy triste que seamos los propios profesionales de Recursos Humanos los que nos estemos cargando nuestra imagen y reputación.
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Recursos Humanos: ¿Un mal necesario?
La realidad es que todo lo que estamos viviendo en estos últimos años en lo que a gestión de personas se refiere, así como los continuos desmanes, la completa falta de empatía de muchos seleccionadores para con los candidatos, los pseudo entrevistadores que piensan que saben hacer entrevistas por limitarse a soltar a los candidatos una serie de preguntas manidas, rancias y que difícilmente pueden servir para evaluar la idoneidad de un candidato para un puesto de trabajo, están contribuyendo a que los departamentos de Recursos se hayan convertido en un mal necesario dentro de las organizaciones.
Y es un mal necesario porque muchos candidatos y empleados saben que si quieren conseguir una entrevista de trabajo, un simple cambio de horario para poder conciliar, una promoción o cualquier otro tipo de cuestión que tenga que ver con su día a día dentro de la empresa, tienen que pasar sí o sí por el departamento de Recursos Humanos que parece como si se hubiese erigido en dueño, amo y señor de los destinos de las personas que trabajan en una organización.
La idea que subyace en el artículo y por la que me siento especialmente dolorida es que Recursos Humanos se ha convertido en un completo estorbo que solo sirve como brazo ejecutor de políticas casposas, retrogradas y poco amables con las personas donde se sigue considerando al empleado como una mera pieza que puede ser fácilmente sustituida.
El día que Recursos Humanos empezó a ser consciente que ya no era necesario en las organizaciones
Lo malo de este situación es que muchos profesionales de Recursos Humanos han aceptado que ese es nuestro papel dentro de la empresa y, además, se lo han creído como si no hubiese otra opción posible.
Desafortunadamente esta idea tiene mucho que ver con una concepción completamente arcaica de la función de Recursos Humanos dentro de las empresas donde, durante mucho tiempo, se ha considerado a los empleados como «elementos» que necesitan estar bajo continuo control y supervisión como si de niños pequeños se tratasen.
El problema viene, tal y como plantea la autora, cuando gracias a las redes sociales, por ejemplo, ya es posible poder saltarse al área de Recursos Humanos para poder acceder a una entrevista de trabajo sin tener que pasar por sus rancios filtros o los sesgos que en ocasiones manejan los reclutadores, aunque nadie reconozca que los tiene.
Llegados a ese punto y si esa situación se generaliza, ¿qué sentido tendrá el área de Recursos Humanos en la captación de talento? porque la realidad es que llevamos mucho tiempo justificando nuestra razón de ser porque se supone que sabemos encontrar el talento que necesita la organización, aunque muchos de los que supuestamente se dedican a eso no serían capaces de verlo ni aunque llevasen un cartel luminoso,
3 ideas para que el área de Recursos Humanos recupere la esencia de su función
Lo que es más que evidente es que antes de que las empresas se enfrasquen en desarrollar proyectos complejos relacionados con la atracción y fidelización del talento, los departamentos de Recursos Humanos necesitan recuperar el brillo perdido de su función.
3 ideas que desde mi punto de vista son más que recomendables para cualquier departamento de Recursos Humanos que quiera reposicionarse dentro de la organización:
- Recuperar la confianza de los empleados y/o candidatos: resulta básico que las áreas de Recursos Humanos recuperen de nuevo la confianza y la credibilidad perdida durante los años de crisis. Y aquí suele funcionar muy bien un «back to basics» o una vuelta a lo básico. ¿En qué consiste? en algo tan sencillo como en volver a las bases que sustentan un área de Recursos Humanos y revisar desde esa perspectiva todos los procesos que se están llevando a cabo. Eso implica poner, de verdad y no solo de mentirijilla o porque queda bien, a las personas en el centro y que procesos básicos como la acogida o la selección, se diseñen teniendo en cuenta la experiencia de los candidatos y/o empleados.
- Reciclaje de los componentes de las áreas de Recursos Humanos: resulta difícil poder introducir cambios cuando los primeros que no han cambiado son los que están al frente de estos departamentos o sus colaboradores. En las formaciones que suelo impartir me encuentro con que un elevado número de profesionales de Recursos Humanos reconocen sentirse obsoletos y desactualizados con respecto a las nuevas tendencias en lo que a gestión de personas se refiere.
- Comprender y conocer a fondo las necesidades del negocio: durante muchos años hemos trabajado al margen de las necesidades del negocio, enfrascados en nuestros procesos y con la excusa de que trabajábamos con personas y que, por lo tanto, había cosas que no podíamos llevar a cabo. Hoy más que nunca tenemos que ser capaces de comprender y entender las necesidades del negocio y, sobre todo, ser capaces de aportar ese valor diferencial porque de lo contrario seguiremos siendo un mal necesario.
Ha llegado el momento de que dejemos de ser un mal necesario para convertirnos en el mejor apoyo de nuestros colaboradores.
Hola Isabel! Tu planteamiento considero no es descabellado y sobre todo como dices, partiendo de una profesional de Recursos Humanos. En algún momento de reflexión sobre la actividad en la que nos desenvolvemos, consciente o inconscientemente nos hemos dado cuenta de que este problema existe y con más frecuecia del que creemos. Cuando me consultan sobre la relación que debe existir en las empresas entre los resultados operacionales y el talento contratado, con frecuencia se demuestra que el problema en las empresas medianas y pequeñas (especialmente en las empresas familiares), se centra en las contradicciones y conflictos de intereses que existen entre Recursos Humanos, las gerencias medias y la dirección en la selección y contratación del personal. Y es que por una parte muchos candidatos no pasan por un proceso de selección propiamente dicho, es decir, se crean vias alternas entre las más comunes, delegar a los responsables de la función en los departamentos donde es requerido el candidato, candidatos impuestos por la alta gerencia para «cumplir compromisos personales» y no contar con profesionales calificados para seleccionar a quienes cumplan con el perfil requerido. Cuando esas situaciones ocurren, cuando Recursos Humanos permite que ocurran, se desvirtua su rol. Pasado el tiempo se «descubre» que los resultados no son los esperados, lo costoso que ha resultado la contratación de este personal y que Recursos Humanos no cumple su función. Es responsabilidad de Recursos Humanos demostrar y concientizar al resto de la Organizacion en las implicaciones que derivan de desvirtuar el proceso de selección y la importancia de cumplirlo, porque nadie más conoce ni está familiarizado con las formalidades y responsabilidades propias. Cumplir las reglas básicas son de gran importancia para recuperar y ser garante de la credibilidad, la confianza, la cultura y los valores de la gente dentro y fuera de la Organizacion. Recursos Humanos nunca ha perdido ni perderá vigencia porque el trabajo es un proceso social legislado y como tal, mas allá de las fallas que puedan existir, representa la conciencia y la justicia en las Organizaciones.
Muchas gracias Heli por tu completo comentario. No puedo estar más de acuerdo con él.
Aparte de lo que has mencionado hay otro aspecto que trato en el post y que tiene que ver con la falta de profesionalidad que se ve en muchas compañías, ya sean grandes, medianas o pequeñas y que, en cierta forma, está dando lugar a que haya candidatos que estén buscando formas alternativas para poder llegar a los mandos o empleados que tienen capacidad para tomar decisiones en lo que a contratación se refiere. Que duda cabe que muchas de estas personas no están preparadas para poder decidir si ese candidato es el más adecuado y, evidentemente, los resultados no serán los esperados pero el problema está en que el hecho de que el proceso de selección lo haga alguien del área de RRHH tampoco es garantía de que el resultado sea el mejor si tenemos en cuenta el nivel de profesionalidad que se gastan algunos.
De nuevo, gracias por tu aportación.
Isabel