Hace 7 años me despidieron.
En algún post ya he comentado lo que supuso para mi aquél despido: una especie de mezcla entre miedo y liberación.
Liberación porque sentía que me estaba aferrando como una descosida a un puesto de trabajo que no me aportaba absolutamente nada, en una empresa tóxica, con una cultura organizacional basada en el miedo y con compañeros que estaban más preocupados en ponerse a salvo ellos que en girar la cabeza para ver qué te estaba pasando.
Curiosa la reacción del ser humano cuando sentimos peligrar algo que forma parte de una aparente «estabilidad«.
Preferimos seguir sufriendo y pasándolo mal pese a que sabemos de sobra que no es nuestra mejor opción y, lo que quizá es peor, no hacemos nada por cambiar esa situación sino que esperamos a que el tiempo termine por aclararnos el camino.
Y miedo por no saber cómo podía afectar a mi carrera profesional y cómo podría ser interpretado de cara a un nuevo proceso de selección.
En aquellos momentos me parecía que lo más difícil era tratar de explicarle a alguien que iba a estar al otro lado de la mesa, aquél que tantas veces yo había ocupado, por qué me habían despedido. O más bien que (no) había hecho para que se produjese.
Una de las cosas que descubrí a raíz de aquél despido es que pienso que TODOS necesitamos pasar por ahí en algún momento de nuestra vida profesional.
Y lo necesitamos por varias razones:
- Por muy empáticos que queramos ser, que hay mucha gente que lo es, hasta que no se pasa por un despido que no nos esperábamos, difícilmente seremos capaces de entender qué significa.
Hasta que me despidieron me consideraba una persona empática con la gente a la que había tenido que despedir.
Era capaz de «casi» entender sus emociones, les apoyaba, animaba y les ayudaba en todo lo que estaba en mi mano para hacerles el trago menos amargo de lo que ya de por sí era.
No nos engañemos: no fui capaz de llegar a entender esa especie de sentimiento de pérdida y desgarro interior que se siente cuando sabes que de la noche a la mañana ya no verás a tus compañeros, ni encenderás el ordenador, ni te tomarás ese café con tal compañer@, hasta que me vi en esa misma situación que tantas veces había vivido como espectadora.
- A raíz de aquél despido empecé a ver de una forma muy distinta a todas aquellas personas que entrevistaba y que habían pasado por esa misma situación.
Algo que nos suele ocurrir a los reclutadores es que cuando cae en nuestras manos un currículum de una persona que intuimos que ha sido despedida o nos lo menciona en una entrevista, solemos pensar que algo no funciona bien. Aunque muchos entrevistadores no lo reconozcan, suele ser habitual que en algún momento de la entrevista esa idea sobrevuele y que tratemos de averiguar si la persona que tenemos delante se ha «merecido o no ese despido«.
Sin embargo, esa sensación cambia cuando nosotros hemos pasado por ahí. Somos conscientes de que en muchas ocasiones las decisiones de las empresas de prescindir de alguien no se rigen precisamente por criterios objetivos.
- Me parece sumamente injusto que un hecho que puede ser debido a factores que, incluso se escapan a nuestro propio control, condicione nuestra carrera profesional.
Hace algún tiempo una empresa rechazó a un candidato que le había presentado y que reconoció que encajaba como un guante en el puesto de trabajo por un tropiezo que había tenido esa persona a nivel laboral hacía ¡10 años!. Y encima era un puesto de trabajo que no tenía nada que ver con el de la vacante para la que se había presentado.
¡10 años!
¿Cuántas cosas podemos aprender, mejorar y desarrollar en ese tiempo?
Y no estoy hablando de algo serio que hubiese podido llevar a la bancarrota a la empresa. Era un tropiezo a nivel laboral como el que podemos tener cualquiera de nosotros.
¿Crees que alguien que ha pasado por un despido no es un buen candidato?
Recuerdo uno de los despidos más amargos que he tenido que hacer en todos estos años: se trataba de una persona que yo había contratado unos años antes y tras una serie de cambios en un departamento, el director del mismo decidió que ya no la quería.
En realidad no había cambiado nada. Ella seguía siendo la misma persona de siempre y trabajaba de la misma manera. Lo triste del asunto era que la verdadera razón obedecía al puro capricho de este directivo.
Como profesionales de Recursos Humanos suele ser frecuente que nos encontremos en la tesitura de tener que defender una decisión que no hemos tomado y que, incluso, ni siquiera compartimos. Y además ser capaces de transmitirlo con todo el cariño del mundo para no dañar más si cabe la autoestima de la persona a la que se lo estamos comunicando.
Aquél día no tenía ni motivos ni argumentos para decirle. No podía inventarme algo que no existía y además tenía que tratar de dejar «en buen lugar« a la empresa.
Tiempo después pensé qué habría dicho esa persona en la siguiente entrevista cuando le preguntasen por qué había dejado de trabajar en la empresa. Y no creo que pudiese decir mucho porque la realidad es que nunca hubo motivos.
Eso mismo nos puede suceder a cualquiera. Pese a que lo edulcoremos y disfracemos frente a un reclutador, la realidad es que hay despidos que se hacen a capricho y que no hay mucho que se pueda decir.
Quiero acabar este post con una reflexión final en forma de pregunta:
¿Cuánto tiempo de nuestra vida necesitaremos para borrar de nuestro currículum un despido?
El próximo 8 de Septiembre estaré en la Unir impartiendo una OpenClass online sobre cómo reclutar en LinkedIn, Facebook y Twitter. La asistencia es gratuita. Si quieres inscribirte, pincha en la imagen.
Si la persona de RRHH tiene cierta responsabilidad, habra sufrido algun despido….no me creo que nadie nunca
haya sido despedido… y no pasa nada,
Gracias Jaime por tu comentario. Supongo que hay gente que no cuenta siempre toda la verdad.
Isabel
Creo que esa experiencia haría a muchos reclutadores ser más cuidadosos con la comunicación con los candidatos durante los procesos. ¿Porque tantas veces te dicen que te llamarán en unos días y al final no hay ni un correo electrónico? Da lo mismo que sea uno automático, si ya ha habido una entrevista personal, ¿tanto cuesta decirle a la gente la verdad? Lo peor de todos los procesos es la incertidumbre.
Totalmente de acuerdo Federico!!
Es algo que yo no entiendo tampoco. Además es un tema en el que nosotros somos especialmente cuidadosos.
Más empatía y menos hablar!!!
Gracias por tu comentario
Isabel
Un gran post, Isabel, compartido.
Impresionante el trabajo psicológico que tiene que hacer cualquier persona que no encuentra razones para haber sufrido un despido, y que en muchas ocasiones no se las comunican y se suman en una incertidumbre difícil de sobrellevar, repasando una y mil veces las circunstancias del mismo.
Por humanidad, simplemente para evitar sufrimientos los responsables de RRHH es nuestro deber decir la verdad y dejar todas las dudas resueltas del trabajador.
El sesgo de causalidad, es decir buscar una causa interna, externa del mismo, cuando muchas veces no existe, es algo que nos puede atormentar.
Un saludo y felicidades por el post, te tengo envidia, me gustaría haberlo escrito a mi.
Muchas gracias Pere. Supongo que la persona tuvo que tragar muchas lágrimas y muchas preguntas que nadie supo contestarle. Creo que no haya nada peor que no tener información porque al final terminamos nosotros por «inventarnos» esos argumentos. Y seguramente no serán los adecuados.
Me parece que es una falta total de humanidad.
Gracias por tu comentario.
Isabel
Al final, tarde o temprano tendremos que afrontar un despido. Y los que ya hemos pasado por esa situación sabemos que con el tiempo y en la distancia, era la única manera de afrontar un cambio que necesitábamos. Primero porque la empresa quería deshacerte de ti por el motivo que fuera. Segundo porque no fuimos lo valientes que deberíamos haber sido para abandonar un trabajo donde cada día que pasabas en él era un día perdido de nuestra vida. ¿ Qué sentido tenía un trabajo así?
No se quién dijo que la esclavitud llegó el día que inventaron cambiar nuestro tiempo por una nómina.
Grandes reflexiones Isabel.
Un abrazo.
Muy de acuerdo con lo de la esclavitud Miguel Angel.
Creo que nos falta una dosis importante de valentía a la hora de afrontar determinadas decisiones. Y yo me incluyo en ese grupo.
Dudé mucho tiempo hasta que al final era tal el malestar que afecta a todo.
Gracias por tu comentario.
Isabel
Gracias Isabel. No te imaginas lo que me ha reconfortado tu blog
Y tú no sabes lo hondo que me llegan vuestras palabras.
Gracias de corazón Rosa 🙂
Isabel
Me ha encantado esta publicación..
Muchas gracias Mar!!!
Iabel
Felicidades por el post. Yo no he sido responsable de RRHH, ni he tenido que despedir. Pero me siento identificada, porque estoy buscando trabajo, porque entras en una espiral de la que no sabes salir, y porque por mucho que quieras ser optimista no encuentras salida. Creo que somos tantos los que buscamos trabajo, todos con excelentes cualidades, que me parece imposible que los responsables de RRHH se fijen en mí.
Gran reflexión. Hasta que uno no pasa por determinadas circunstancias no sabe lo que se siente que te digan que no, que no sepas que eres ya, y que tu perfil ya no sirva. Gracias por la reflexión.
Muchas gracias Mónica por tu comentario. Me alegro que te haya gustado el post.
Isabel
Me ha gustado mucho tu reflexión porque abarca tu experiencia desde todos los puntos de vista y con gran objetividad.
Enhorabuena!
Muchísimas gracias Cristina por tus palabras!!
Isabel
Isabel, una vez más un gran artículo, que hace reflexionar sobre diversas ideas.
-La jaula dorada de los trabajos que no aportan nada más que la falsa sensación de estabilidad a fin de mes y de los que hace tiempo uno mismo se ha despedido (despido interior).
-El prejuicio injusto al candidato que ha sido despedido, es curios como inconscientemente salta una pequeña alerta en la cabeza del reclutador, herencia de los tiempos precrisis. Aunque creo que cada vez está más normalizado este tema, conscientes de la realidad del mercado laboral.
-Siempre es duro hacer la comunicación de despido, cada profesional de los RRHH tendrá una forma de hacerlo pero con este artículo me replanteo mucho la mía (mensaje directo, conciso, empático pero neutral), no tengo una referencia de lo que espera la persona despedida de la persona que tiene enfrente comunicándole una de las decisiones más duras e impactantes en su vida. ¿Qué se espera del mensajero, representante de la Dirección de la empresa y al que en muchos casos se considera parte activa de la decisión?
Felicidades por el artículo, un saludo
Hola José:
Yo después de haber sufrido mi despido tuve claro que mi forma de comunicar los despidos iba a cambiar por completo. Era mucho más empática. Yo he llegado a abrazar a empleados despidos y no me ha importado lo más mínimo lo que los demás han podido pensar.
No es un acto más. Estamos diciéndole a esa persona que no vuelva a venir a trabajar, que no va a tener que madrugar, que, por el motivo que sea, sus capacidades ya no nos hacen falta.
En fin, un poco de humanidad. Solo necesitamos ponernos en su lugar y pensar cómo bis gustaría que nos lo dijesen a nosotros.
Mil gracias José por tu comentario 🙂
Isabel
Excelente Isabel! Coincido totalmente contigo.
He pasado también por la experiencia hace ya muchos años y sin duda, como en tantas otras cosas de la vida, no eres absolutamente empático si no las has vivido.
Dicha experiencia me ha ayudado mucho a la hora tanto de tener que desvincular a alguien así como de contener a personas desvinculadas.
Fuerte abrazo desde este lado del océano!
Gracias Mónica!!
Me alegra mucho saber que a ti también te produjo un impacto y que cambió tu manera de enfocar estas situaciones.
Saludos!
Isabel
Hola Isabel,
Estoy muy deacuerdo con lo que escribes. No soy reclutadora ni he tenido que despedir a nadie pero si que he estado en la parte despedida y en ese momento se me plantearon mil dudas…que ha pasado? que he hecho? porque a mí?..cualquier expresión de ánimo por parte de la persona que me estaba despidiendo me parecía falsa e incluso ofensiva y posiblemente en estas situaciones es difícil que haya empatía.
Un gran articulo.
Adela
Muchas gracias Adela por tus palabras!
Isabel
Muchas gracias por el artículo Isabel,
No he trabajado nunca en el departamento de RRHH pero sí que he sufrido un despido hace unos 6 meses. Después de casi 25 años, un trabajo que me encantaba, una empresa por la que estaba comprometida y los motivos… por supuesto no personales. Me ha dado un poquito más del ánimo que a veces me falta.
Entiendo también los sentimientos enfrentados que las personas de los departamentos de RRHH pueden sentir, pero si pediría que en los procesos de selección las respuestas fueran más rápidas e inmediatas. No hay nada peor que la espera e incertidumbre. La comunicación es un privilegio del que disfrutamos los humanos, pero es una pena que en estas ocasiones no se tenga en cuenta.
Gracias Beatriz!
Lo de los procesos de selección es nuestro gran caballo de batalla.
Todavía no estamos concienzados de la importancia de poder mostrar cierta empatía con la gente que se encuentra en esa situación.
Por eso le deseo a cualquier reclutador que pasé por esa misma situación unas cuentas veces.
Isabel
Excelente Articulo, me identifico contigo, formo parte de RRHH y por mucho que uno sea empatico al momento de una salida, siendo lo mas humano posible, ese dolor, divorcio, rompimiento de relacion, etc nunca podra ser entendido ni palabras que den tranquilidad hasta que se viva un propio despido. Exactamente hay retiro de personal muy talentosas y buenas solo por simple capricho solicitan la salida, lo debil es que muchos RRHH no tienen el poder o deseo de defender al talento para mantenerlo en la organizacion, el mal de su retiro no solo es de corazon para el trabajador sino se guarda rencor, desanimo y hasta rompimiento y perdida de un cliente que puede llegar a ser la voz de marketing que haga que la imagen corporativa caiga.
Muchas gracias Helen!!
ME alegra ver que hay profesionales de RRHH que piensan igual que yo en ese aspecto.
A veces me siento como si predicase en el desierto 😉
Isabel
Me gustaría publicar tu artículo “Señores de RRHH…” en mi “Diario El Inefable”. Dime si te parece bien y cómo quieres que aparezca tu nombre y/o referencia a tu próximo curso. Mi e-mail es: diarioelinefable@yahoo.es
Saludos, Vicente Fisac
Gracias Vicente!
Te he escrito un correo.
Isabel
Gran post. Enhorabuena por la visión humana de las relaciones laborales. Hace mucha falta contagiarla.
Muchas gracias Charles por tus palabras!!!
Isabel
Totalmente de acuerdo Isabel y más para una persona como es mi caso, que he sufrido dos despidos y lo malo no es solo eso, sino el transfondo de caracter personal de uno ello y el otro por asi decirlo de rebote, algo que cuesta mucho asimilar y que no se yo hasta que punto funciona la empatia de rrhh.
Gracias.
Gracias Eusebio por tus palabras!!
Isabel
Buen artículo con muy buenas reflexiones. En mi experiencia laboral, al trabajar nueve años en el Departamento de RR.HH, me he enfrentado con despidos, ERE, huelgas, expedientes disciplinarios, prejubilaciones, bajas incendiadas, contrataciones, etc. Lo mejor, lo último, claro; pero, en esa época se daban en muy pocos casos, y, en la actual, creo, que es peor todavía.
En general, las personas que trabajan en RR.HH., ante un despido injustificado o caprichoso (los otros también, pero en menor medida) lo pasan mal; debes de hacerlo como profesional que eres, pero, quema mucho. Aunque también hay que saber defender la postura del Departamento de RR.HH., con argumentos (los realmente existentes), y no acatar sin más las órdenes que vienen de arriba que van a producir daños a personas, y, no lo olvidemos, a la EMPRESA. Si, la empresa también va a salir perjudicada en casos de injusticia manifiesta: en imagen, prestigio, reconocimiento, etc. A las personas que trabajan en RR.HH., se les debería formar (no someramente) en los principios de la Calidad (Satisfacción del cliente, técnicas de mejora, análisis de causas, etc.)
Si trabajas en una empresa tóxica, mejor dicho, donde hay bastantes personas tóxicas, si no se detectan a tiempo los problemas y te enfrentas a ellos, dándoles solución, la cosa puede terminal muy mal, incluso sin empresa. Un consejo a las personas de RR.HH, ¡cuidado con el acoso laboral! Existe más de lo que parece. Se deben de implantar métodos, sistemas, o, fórmulas, para poder detectarlos a tiempo, y, en estos casos, ninguna debilidad. La empresa (no me refiero a la dirección) lo agradecerá.
Y, sabía, que terminaría mi experiencia laboral con un ERE.
Muchas gracias Prudencio por tu comentario.
Yo creo que no hay nadie que disfrute de un despido, y más si es injustificado.
Sé que hay gente que opta por tomar distancia emocional con ello y se muestran fríos, aunque luego se peguen auténticas panzadas a llorar. A mi a veces me ha costado reprimirme las lágrimas ante un despido. Y no me da ninguna vergüenza decirlo.
Creo que eso nos da humanidad y cercanía con las personas. Algo, que por otro lado, nos hace mucha falta.
Isabel
Un gran post sin duda. Refleja claramente algunas de las situaciones injustas que se dan a la hora de un despido y más aún a la hora de volver al mundo laboral con ese despido «a las espaldas».
Enhorabuena!
Gracias Benjamín por tu comentario.
Es algo de lo que ninguno estamos a salvo 😉
Isabel
Hombre!!! ¿tú por aquí? eso sí que es una noticia, jejeje
Ya sabes que tenemos muchas conversaciones respecto a cómo funcionan o funcionamos los de RRHH y este es uno de esos temas que creo que a más de uno nos pica y mucho.
Para mi el despido fue una cura de humildad y poder ponerme de verdad en la piel de la gente que pasa por ahí. Todo lo demás no son más que palabras bienintencionadas. De hecho, a más de uno le deseo que pase por esa experiencia así como el sentirse ignorado y ninguneado para que vivan en sus propias carnes lo que tantas veces han hecho con los demás.
Graciassss socio 🙂
Excelente la forma como lo describes. Es casi un trauma lidiar con eso, sobretodo cuando te preguntan. Cómo decir q te despidieron y tratar de explicar q no fue por incompetencia o sin causa . Un zapato en el q no queremos estar, pero como evitarlo???.
Hola Esperanza:
Mi consejo en estos casos es que uno sea lo más sincero posible. Es bueno llevar una respuesta preparado para evitar ponernos nerviosos, pero si ha sido un despido en el que no hemos hecho nada que pueda ser considero reprobable, yo soy de la opinión de mostrarlo de la manera más aséptica posible y natural.
Muchas gracias por tu comentario.
Isabel
Isabel, gracias de nuevo por un artículo con una sensibilidad fascinante, que muestra como detrás de esta gran profesional hay un ser humano con sentimientos y emociones.
Percibo como tu persona ha ido seleccionando sus pasos profesionales para poder continuar siendo ella misma, y no al contrario. Yo precisamente recuerdo la opción despido como la liberación de tener que desempeñar un papel que no iba conmigo y la invitación a elegir un camino mas de acorde a mis principios y cualidades.
Aprovecho para sugerir la película » Up in the air» en la que (George Clooney) es contratado por otras empresas para despedir a sus empleados, hasta que le toca vivirlo en primera persona.
Envío un cordial saludo
Muchísimas gracias Miriam por tus palabras.
De verdad que me emocionáis cuando me decís esas cosas porque para mi es lo normal.
Lo cierto es que sin haberlo hecho de una manera consciente, cuando echo la vista atrás, me doy cuenta que he ido eligiendo de forma cuidadosa todos mis pasos hasta llegar al momento en el que me encuentro ahora.
Es cierto que todos los malos tragos que he tenido que pasar me han servido para llegar donde estoy, y que sin ellos, posiblemente no podría hablar de determinadas cosas porque no me gusta escribir sobre cosas que no he vivido.
Gracias por la sugerencia de la película. La ví hace mucho tiempo y ya va siendo hora de que la vuelva a ver con otros ojos.
Gracias de corazón Miriam!
Isabel
Estimada Isabel:
Tu publicación, sobre todo en la primera parte, en los primeros 6 párrafos, es calcada a lo que yo sentí cuando me pasó a mi hace dos años. Cuando lo he leído me he quedado de piedra. Podría haberlo escrito yo exactamente igual en aquel momento! Me acuerdo perfectamente.
Si me permites, yo añadiría algo más. Es mi caso, por supuesto. No sólo determinados directivos despiden porque una determinada persona no les «encaje» en su organigrama, existen muchos más despidos sin sentido. En mi caso fue una fusión de empresas públicas. Prácticamente la totalidad de trabajadores absorbidos en un plazo de un año fueron a la calle sin criterio alguno! Simplemente había que descartar gente por el mero hecho de llegar a fin de año con una cuenta de resultados lo mas despejada posible en el apartado de salarios. Hubo muy buenos trabajadores que se fueron a la calle simplemente por el «criterio» de un gerente (político, ya que eran todo fundaciones públicas). No se quedaron los mejores, se quedaron los que estaban con el gerente en la empresa absorbente y otros pocos que «supieron» ganarse al gerente.
En fin, dos años después sigo buscándome la vida, recién llegado de Vancouver, habiendo visto otros mercado durante tres meses, dejando solos a mi mujer y a mis dos peques durante ese tiempo, tratando de que alguien como tú o algún colega tuyo sepan apreciar una cartera de conocimientos, expertise, pero sobre todo actitud hacia el trabajo y hacia la vida que tengo por los cuatro costados. Y esto, mas temprano que tarde, me llevará a trabajar con una empresa que lo sepa apreciar.
Gracias una vez más por tus consejos. Un fuerte abrazo.
Hola Luis:
Fíjate ese comentario que me haces sobre la similitud de las situaciones es algo que me suele ocurrir. Incluso tengo a amigos que me han llegado a preguntarme cómo me había enterado de eso que estaba contando. Y no es que ellos me lo hayan contado, es que son historias universales. Son situaciones comunes y repetidas hasta la saciedad en un entorno empresarial que se ahoga en sus propias normas, estructuras rígidas y nepotismo.
Lamento mucho la situación que has tenido que pasar y que hayas tenido que irte tan lejos para poder continuar adelante con tu carrera.
Solo puedo decirte que puede ser la mejor oportunidad que te puede ofrecer la vida para encontrar un camino diferente: tu camino.
A mi me pasó y el despido fue lo mejor que me pudo pasar.
Gracias a eso, hoy soy quien soy y puedo escribir desde este blog.
Solo por eso, doy gracias todos los días a la persona que me despidió.
Gracias de corazón por tu comentario.
Te deseo que encuentres lo que estás buscando con tanto ahínco, que llegará seguro.
Isabel
A mí también me despidieron hace unos cuantos años, y fue para bien. También trabajaba en una empresa tóxica y lo que hacía ya no me gustaba. Me suena lo que has escrito.
Ya antes del despido sabía que me iba a ir, en realidad estaba esperando a ver qué es lo que iba a hacer, porque sabía que no tenía que ver con la carrera y los estudios posteriores que tenía, solo sabía una cosa: quería ayudar a la gente. Afortunadamente no tardé mucho en encontrar cómo y desde luego nunca he sido más feliz que ahora.
No trabajo en RRHH pero sí he tenido clientes que se planteaban echar algún directivo o contratar entre varios y hemos valorado juntos la situación. En realidad en mi caso el tema no me ha supuesto ningún problema a la hora de aconsejar despedir a alguien, sólo por una razón, las personas de las que hablo tenían rasgos psicopáticos y por tanto creaban ambientes tóxicos, por tanto era vital despedirlos para evitar a los demás trabajadores sufrimiento, y a la empresa daños en forma de demandas millonarias o de bajadas de productividad y absentismo.
Estoy de acuerdo en todo lo que has escrito, no disiento en una sola palabra. Creo que si los despidos, sobre todo cuando son injustos se prepararan de otra manera y se diera formación a RRHH para afrontarlo de otra forma tanto el despedido como el que despide se ahorraría mucho dolor y sufrimiento.
Muchas gracias Ana por tus palabras y por tu empatía.
Pensamos que se puede comunicar todo de la misma manera y lo cierto es que el principal malestar llega precisamente de no haber sabido gestionar esas situaciones.
Isabel
Mi experiencia es diferente, Yo era el tóxico por decirlo de una manera. Iniciaba recién egresado de la escuela y creía que me podía comer al mundo. Luego de ello conocí a mis compañeros y eran conformistas, así fui el tipo de empleado que decía «Si no lo hacen ello ¿Porqué lo debo hacer yo?», nos despidieron a los 6 meses. Fue una gran vergüenza para mí, una persona con pensamientos progresistas. Desde ese día y por los siguientes 15 años de historia laboral que he tenido me esforzado por hacer de mi trabajo (Por pequeño o grande que ha sido mi rol) el más destacado, el más productivo… gracias a ello he podido darme el lujo de renunciar sin perder el orgullo de decir que mi trabajo no queda entredicho.
Me quito el sombrero contigo.
No es fácil reconocer que es uno mismo el que crea ese ambiente tóxico y sobre todo, recomponerse para darle la vuelta a la situación.
Mi más sincera enhorabuena por tu humildad.
Isabel
Isabel, creo que un tema parecido o relacionado con este tema de los recursos humanos, podria ser el de cuando te entrevistas con alguna empresa, via algun reclutador, y te dicen que no eres el candidato por «x» o «y» causa y tu sabes muy bien que no son ciertas esas apreciaciones y que finalmente contratan a un candidato que no tiene un perfil similar al tuyo, sino uno muy por debajo ¡
un saludo
Gracias Elmer por tu comentario.
Al final somos personas y nos movemos por emociones y por sensaciones.
No podemos ser racionales al 100% y eso se ve claramente a la hora de entrevistar candidatos y decidir cuál es el más adecuado.
Isabel
Hola, buenos días.
Yo también he sufrido «el desplante» de ser despedido, la primera vez sin saber el por qué y la segunda, según decían porque no había presupuesto para mantenerme y daba la sensación que el gerente estaba pasando peor trago que yo.
Al final, lo que hay que darse cuenta que somos «recursos humanos» y como tales somos utilizados, para algunos con humanidad y para otros, como si fuéramos objetos, sin considerar nuestro talento.
En un universo laboral, como el de hoy de cambios tan intensos y rápidos, lo que hay que promocionar, es nuestra marca personal, para el momento en que dejemos de ser válidos (por el motivo que sea), para la persona que decide, poder ser encontrado, para otro proyecto laboral, sin demasiadas dificultades.
Si fomentamos la marca personal, igual que tienen la posibilidad de prescindir de nosotros, nosotros, tendremos la posibilidad de cambiar, a otro proyecto mas ilusionante
Y por supuesto, nunca pensar, ni tener resentimientos, si somos despedidos injustamente, porque no tiene sentido, tal y como decía al principio, vuelvo a repetir que somos «recursos humanos», y como tales, así nos tratan. (según deja la ley, evidentemente).
Un saludo!!!
Juan me encanta lo de la marca personal porque yo soy una gran convencida de ello.
El trabajo pasará así como los compañeros de trabajo y los jefes, pero la persona que eres tú, tu huella y tu marca, permanecerá.
Gracias por tu comentario.
Isabel
[…] Hace 7 años me despidieron. En algún post ya he comentado lo que supuso para mi aquél despido: una especie de mezcla entre miedo y liberación. Liberación porque sentía que me estaba aferrando como … […]
Excelentes comentarios en base a historias reales, existen dos alternativas una vez sucede lo imprevisto, el cambio repentino de ese shock que te produce y que cuesta mucho tiempo sobreponerse, o te reduce a un destino impropio y/o sucesos de mejora. No todos estamos preparados para un cambio radical e inmediato, esto refiere a conocimientos, experiencia, habilidades, hasta por decirlo así, amigos que te puedan ayudar a dar el siguiente paso y empezar de nuevo…. que hay de eso si es todo lo contrario?….
Hola San Ramón:
Es cierto. No todo el mundo está preparado para ello. Una vez que llega solo nos queda dos opciones: esconder la cabeza como un avestruz o hacer frente a la situación y aprender todo lo que se puede.
Gracias por pasarte por el blog.
Isabel
Es verdad lo que dices en cuanto al despido y la necesidad de empatia. Mas interesante aun es que sabes que ese trabajo no es para ti o ese ciclo ha finalizado, entonces, debemos esperar a que nos despidan? o podemos intentar evitar el mal momento a nosotros mismos y al RRHH, siendo proactivos y tomando nosotros la iniciativa de …. cambiar de empleo!
Hola:
Yo me he ido de todos los trabajos menos de uno que me despidieron. y lo he hecho porque sentía que ya no era mi sitio.
Nunca me ha gustado calentar la silla y esperar a que las cosas suceden. Yo necesito hacer que las cosas suceden.
Supongo que depende de cada uno 🙂
Gracias por tu comentario.
Isabel
Totalmente cierto. Yo mismo desde septiembre de 2012 he sufrido el estigma de haber sido despedido al inició de un ERE, y desde entonces en las entrevistas inciden en qué pasó después de 5años de relación laboral para que me despidieran. Y por más que lo explico, e incluso sin añadir consideraciones personales negativas hacia la empresa (se las hubieran merecido), parece que tuvieras una enfermedad que pudieran transmitirles a su empresa.
Ahora con 35 años, trabajando desde los 16,y habiendo llevado el dpto. de prevención de una gran constructora con más de 300 trabajadores, te ves mendigando trabajos de seguridad o de conserje, en los cuales no te piden mucho CV, sino ganas de trabajar.
Triste realidad la de tu post. Un saludo.
Gracias Manuel por tu comentario.
Siento mucho tu situación.
Solo puedo decirte que insistas con la búsqueda de empleo. Al final todo llega.
Isabel
Gracias por tu entrada, me ha encantado! Tienes toda la razón, todo el mundo debería sentir en sus propias carnes un despido.
A mi solamente me han despedido una vez, y fue bastante perturbador……. Yo siempre he sido de la idea de que si no te gusta algo tienes que cambiarlo así que un día di el salto! , soy informática y cambie de entorno totalmente, me baje la categoría y el sueldo solo por cambiar y hacer algo que me gustaba, tecnología nuevas… un entorno totalmente diferente al de las grandes oficinas, en fin, pintaba bien…. cuando digo que me importa más el trabajo que el dinero es cierto!, el caso es que lo que me vendieron no era así, a las dos semana me despidieron!! Básicamente me dijeron que salia a mi hora y alguna tontería más, les dije que no soy de aparentar y que no me quedo más rato mirando el periódico para parecer que hago más, pero fue espantoso…. como dejé mi otro trabajo no me correspondía paro y el sentimiento de haberme ido de un sitio totalmente seguro me hizo arrepentirme de intentar cambiar las cosas que no me gustaban. La verdad es que fue un golpe muy duro!!! Lo bueno es que tarde un día en encontrar otro trabajo….. cuando se enteraron otros compañeros de lo que me había pasado no me dejaron escapar jejejeje.
Luego me enteré que por ese mismo puesto habían pasado ya 8 personas, 8!!! No se como alguien puede contratar a otra persona que deja su trabajo por ir a un sitio así, un sitio en el que te dan la patada a las 2 semanas y te dejan sin paro sin ningún miramiento!
Yo tengo ese encontronazo en mi vida laboral, pero tengo claro que no lo pondré en ningún sitio, como voy a explicarle eso a un entrevistador??? Podría contar que me encontré con la definición de gentuza, pero eso no el políticamente correcto no? 🙂
Gracias Geekpurple por contarnos tu experiencia.
La mía es parecida. Duré 3 meses. Lo único es que si podía pedir la prestación por desempleo pero fue algo tan surrealista como que en semana pasé de estar promocionada a despedida.
Gracias por pasarte por el blog!
Isabel
Hola Isabel.
A mí nunca me han despedido, siempre he renunciado yo a mis trabajos o los he dejado para cambiar de empresa.
Como he comentado en otra entrada, el último trabajo lo dejé yo. Renuncié voluntariamente para perseguir mi sueño, y aquí estoy, una año después. No me he muerto de hambre ni tengo depresión. Me he comprado menos bolsos y zapatos, eso sí.
Desconozco la sensación que se siente al ser despedido,pero imagino que estando tan identificados con nuestro trabajo hasta el punto de creer que somos nuestra profesión, para mucha gente será aterrador y un golpe tremendo en la autoestima.
En el fondo no hay nada que se nos presente en la vida que no pueda ser una oportunidad, y un despido también lo es. ¿O trabajar 40 años en el mismo sitio resulta muy atractivo? A mí no me lo parece.
Un abrazo, me encanta tu blog.
Gracias Mónica por tus palabras.
Yo pienso como tú: perseguir tu sueño merece la pena, aunque a algunos no se lo parezca.
Yo también he dejado de comprar cosas por poder tener mi propia empresa y te aseguro que es la mejor decisión que he tomado.
Encantada de tenerte por el blog 🙂
Isabel
Reblogueó esto en .
Reblogueó esto en ¿Sin trabajo? Pues me caso.
Hola Isabel.
Estoy de acuerdo contigo en que deberían tener al menos un despido en su vida. Muchos tienen muy poca humanidad. Y digo muchos, aunque en realidad debería decir la mayoria. Si tuvieran humanidad y educación avisarían a los que no han pasado el proceso, con un simple email que se pierden solo 2 minutos. Según parece no han explicado en la carrera que el proceso de selección tambien incluye eso. Como no aporta beneficio a la empresa no se hace. Ahí es donde se ve la verdadera empatia y hmanidad, fuera de eso es ficticio. Deberían vivir el no tener respuesta después de una entrevista en la que se ha puesto tantas esperanzas e ilusiones. Esa indiferencia que hace que pienses que no vales nada, que eres tú el problema, que no mereces ni un simple email diciendo que no has pasado. ¿Empatia? Podrán llevarse años y años haciendo entrevistas pero si no se entiende esto es mejor que se dediquen a otra cosa
Estoy completamente de acuerdo contigo Lucía.
Gracias por pasarte por el blog.
ISabel
Una vez escuche a un reclutador decir que en RRHH «uno es culpable hasta que se demuestre lo contrario». Desafortunadamente tiene bastante razon.
Me parece realmente injusto que a una persona que ha sido despedida como en el caso que cuentas Isabel, no pueda decir en una entrevista de trabajo que su despido fue un mero capricho de su jefe. Si dijese eso, automaticamente saltarian las alarmas y el entrevistador pensaria que hubo algun mal rollo entre ella y el jefe, y es posible que pensaria que el culpable de eso es el entrevistado.
Yo tambien he tenido la «suerte» de conocer a directivos que tratan a los trabajadores como simples numeros en vez de como personas y encima abusan de su poder en la empresa para despEdir a trabajadores por mero capricho. Lo peor de todo es que a veces ni siquiera son ellos los que tienen que dar la cara y explicar al trabajador los motivos por los que se le despide.
Afortunadamente, creo (o mas bien espero) que hoy en dia esta tendencia de demonizar a gente con despidos en su historial esta cambiando puesto que con la crisis es bastante mas frecuente encontrarse con despidos en trabajadores muy validos. Ademas si queda alguna duda, siempre se pueden pedir referencias. En otros mercados de trabajo la comprobacion de referencias es SIEMPRE la fase final del proceso de seleccion.
Un saludo,
Andres
Hola Andrés de nuevo:
La crisis ha puesto un poco las cosas en su sitio ya que es habitual que, de alguna manera, muchas personas hayan perdido su empleo.
Es triste que hayamos tenido que llegar a ese punto para que una persona despedida no sea demonizada pero la realidad es esa hoy por hoy.
Gracias por pasarte por el blog!
Isabel