Recientemente leyendo un post de una persona a la que aprecio mucho, volví (y digo bien, volví) a sentir esa punzada en la boca del estómago. Como llevo ya unos cuantos años conmigo misma reconozco esa sensación y se que cuando aparece es que necesito salir de mi zona de confort.
Todos tenemos zona de confort. En algunas personas es más grande y en otras más pequeña, pero todos tenemos, El tamaño de la zona de confort la vamos definiendo cada uno en función a nuestros intereres, expectativas, objetivos personales y profesionales, grado de acomodamiento….
En definitiva, es esa zona en la que nos sentimos cómodos y acomodados con lo que hacemos y cómo lo hacemos porque todo lo que nos rodea resulta conocido y fácil. Sin embargo, y pese a que se está muy a gusto, esta zona resulta poco estimulante y desarrollativa para conseguir nuevos retos.
De hecho, para poder realizar cambios es necesario salir de esa zona y adentranos en la zona de exposición, que como su nombre indica es aquella zona en la que nos exponemos a lo desconocido.
Hay personas que les resulta fácil entrar y salir de la zona de confort, ya que están habituados a ello. Suelen ser personas cuya zona de confort es pequeña y están habituados a realizar cambios de manera constante.
Todos necesitamos pasar un tiempo en nuestra zona de confort para coger aire y volver a salir a la zona de exposición y viceversa. Necesitamos acostumbrarnos a que es una puerta giratoria: funciona en los dos sentidos. Y esa puerta necesita ser engrasada.
Bajo mi experiencia a la hora de trabajar en Coaching, hay una gran cantidad de personas que les cuesta incluso reconocer si están en su zona de confort.
Hay una serie de signos que pueden ayudarte a reconocer cómo de grande y de acomodado estás en tu zona de confort:
- Observa tus reacciones físicas. Cuando empezamos a sentirnos incómodos, nuestro cuerpo empieza a demostrarlo. Puede ser una sensación de malestar en la boca del estómago, como me pasa a mí, un dolor de cabeza, una sensación de ahogo…. Esta sensación es única y cada persona lo sentirá de manera diferente. Por eso es tan importante saber reconocerla ya que nos permite reconocer rápidamente que necesitamos salir de nuestra zona de confort.
- Tus pensamientos irán en dos direcciones: por un lado es posible que pienses que te convendría hacer algo diferente de lo que haces, y por otro tu sensación de comodidad e incluso de miedo al cambio te frenará cualquier impuso de salir a la zona de exposición.
- Te das cuenta que cuanto más piensas en la posibilidad de quedarte en la zona de confort, más incómodo te sientes aunque no te hayas atrevido a dar el paso todavía.
- Tratas de buscar información sobre ese cambio que estás pensando y que no te atreves a dar. Se trata de dar el paso con la máxima información posible para reducir al mínimo el riesgo a la hora de salir de la zona de confort.
¿Te has reconocido en alguno de los signos descritos?
Si es así, ¡enhorabuena! Ya has dado el primer paso para salir de la zona de confort.
«La vida no es esperar que pase la tormenta; es aprender a bailar bajo la lluvia» Vivian Greenvia
Me ha conmovido la cita final, la de la lluvia. No la conocía, e ilustra muy bien tus reflexiones sobre la zona de confort.
Es un símil muy apropiado. En mi ciudad, Barcelona, cuando caen cuatro gotas vamos estresadamente parapetados bajo nuestro paraguas. O peor, en ocasiones ni siquiera salimos de casa. En Londres, una de las ciudades más lluviosas del planeta, casi no se ven paraguas por las calles. La gente camina tranquilamente con un gorro o con un chubasquero que llevan permanentemente en su bolso. Han aprendido a bailar con la lluvia.
Hola Daniel:
Un placer tenerte de nuevo por aquí. A mí la frase me enganchó desde que la leí. Como tu dices, resume claramente lo que es entrar y salir de la zona de confort.
Muchas gracias por dejar tus reflexiones y compartirlas con nosotros.
Realmente interesante este articulo.Creo que refiere el Torre de Marfil..lo que tenemos todos..un cierto seguridad…lo que algunas personas encierran.
Creo que cada cierto tiempo es necesario romper estos muros,para que podemos cerecer,porque si no…convertimos agua estancada.
Hola Jozsef:
Estoy de acuerdo contigo. Cada cierto tiempo hay que romper las cadenas que nos atan y los muros que nos empeñamos en ponernos por delante.
Gracias por pasarte y dejar tu comentario.
Muy Bueno el post, la verdad es que uno tiene que estar atento a las señales porque tal y como están las cosas, no podemos dejar de salir de nuestra zona de confort o al ritmo al que van los cambios, nos quedamos fuera del camino! Gracias Isabel, un placer leerte.
Gracias Nuria por dejar tu comentario. Hay dos opciones para salir de la zona de confort: voluntariamente o a empujones. Cada uno decide cómo quiere hacerlo.
Gracias por pasarte.
Hola Isabel,
Muy interesante tu reflexión. Desde luego que somos libres de salir de nuestra zona de confort, aunque en los tiempos que corren muchas personas han de salir forzosamente sin opción a decidirlo por sí mismas siquiera. Miles de personas se ha visto y se ven en situaciones realmente caóticas para su escala de valores por culpa de esta larga crisis y cada una de ellas a su manera realiza un «master» en esta materia.
Creo que la mejor solución para afrontar todo esto es armarse de positivismo y valor y mirar siempre para adelante extrayendo lo mejor de cada situación.
Si nuestros antepasados no hubieran traspasado su zona de confort aún estaríamos viviendo dentro de una caverna.
Feliz día.
Un abrazo.
Hola Andrés:
Creo que has dado con la clave: la crisis ha obligado a salir de la zona de confort a mucha gente. Justamente eso es lo que yo «crítico», que el salir a la zona de exposición sea algo voluntario y no obligatorio. Por eso el ejemplo de la puerta giratoria me parece tan elocuente. Debemos ser capaces de entrar y salir de nuestra zona de confort con una cierta facilidad y que no nos echen literlamente de ella.
Gracias por pasarte y por dejar tu comentario.
ey, que razón. Estoy sentado en la estacion de mi vida contando los trenes que dejo escapar a distintos destinos y solo por miedo a lo diferente al miedo del futuro personal, a los cambios que tendre que asumir, miedo a mis emociones. pssshh un poco de lluvia en el rostro me refrecará.
gracias por plantearme salir de mi zona de confor.
Gracias José por tu comentario.Me ha encantado la metáfora del tren. Y sí, un poco de lluvia nos refresca.
Gracias pasarte.
[…] Recientemente leyendo un post de una persona a la que aprecio mucho, volví (y digo bien, volví) a sentir esa punzada en la boca del estómago. Como llevo ya unos cuantos años conmigo misma reconozco… […]
Hola Isabel
Solo voy a comentar que la expresión «zona de confort» me recuerda al apartado del Carrefour donde están expuestos los colchones.
Un saludo.
Jajaja Antonio. Qué ocurrente!!! No lo había visto de esa manera. Me voy a plantear cambiar el término aunque es bastante aceptado.
No, no hace falta que cambies nada, si es cosa mía. Es que hay términos de este tipo que, pese a saber su significado en este contexto, los relaciono con otras cosas.
está claro que lo confortable nos gusta a todas las personas… colchón confortable, coche… sofá pero cuando abusamos tarde o temprano nos dolerá el cuerpo y nos aburre. yo opto por no aburrirme. jajaja de lo monaco tu zona de confor que te parece este slogan jajaja. (para Aflabor) cíao
Completamento de acuerdo Jose. Por eso hablo de una puerta giratoria que permita entrar y salir de la zona de confort y de la de exposición con cierta facilidad.
Gracias por tu comentario.
la única manera de salir del área de confort, que no es otra cosa que salir de la mediocridad, aunque suene fuerte, es buscar en nuestro interior aquello que el maestro Herman Nolh llamaba, los impulsos del nivel anímico y creador, aquel que puede elevarse a las direcciones fundamentales del ser, tiende a crear, no estamos en este mundo como un pasajero en un tren cuyo rumbo es incierto, estamos en la oportunidad de llevar nuestros pasos hacía la consecución de nuestros fines, y estos entrañan necesariamente la responsabilidad de buscar siempre darle respuesta a los dilemas que la vida nos vaya planteando, no encuentro otra forma de experimentar y por ende de crecer, no hay que consentirse tanto….
Gracias Miguelito por dejar tus palabras y tu visión de cómo salir de la zona de confort. Da gusto escuchar a personas que lo tienen tan claro y que saben cuál es el rumbo de su tren. No todo el mundo tiene tan claro a dónde va.
Acabo de descubrir el blog.. y es muy interesante!
Nunca había oído hablar de la zona de confort, la verdad es que se me hace raro pensar que algo que se denomina confort es algo malo. Supongo que hay gente que no sienta la necesidad de salir de su zona de control si se sienten bien y disfrutan de su vida, si necesitas poco para ser feliz y con lo que tienes te basta, ¿para que intentar ir más allá?
Por otro lado, a mi también me entra esa angustia al verme atrapada en cierto circulo, por ello, aun siguiendo en mi «zona de confort» intento salir disimuladamente y de puntillas a ver que hay fuera.
Hola Yolanda:
Gracias por tu comentario y por encontrar mi blog.
No es que sea mala la zona de confort sino que resulta poco desarrollativa por razones obvias. A nadie le gusta que le levanten del sofá cuando está tan a gusto y eso es lo que pasa con la zona de confort. Evidenteme nte hay que pasar un cierto tiempo ahí antes de salir a la zona de exposición porque si no no seriamos capaces de asimialr los cambios.
Gracias por pasarte.
Hola
Primero que nada, quería felicitarte este blog a su vez me parece muy buena la idea de la «puerta giratoria»
Creo que estoy intentando salir de mi zona de confort aunque no parece para nada fácil. Por otro lado me plante mis «cadenas» o «muros» que de alguna manera me frenan.
Asimismo puede recopilar mi pasado que tampoco ha sido fácil, y por ello planté que mi meta debe ser ayudar a aquellos que pasan por situaciones similares.
Muchas gracias Francisco por tus palabras. Te aseguro que lo de la puerta giratoria es algo que no se consigue de la noche al día. Lleva tiempo y práctica, así que te animo a que sigas y que lo pongas en práctica.
Saludos
ISabel