Desde que abrí el blog, hace algo más de 2 años, me gusta escribir un post homenaje sobre el día de la mujer trabajadora.
No se trata de una simple reivindicación o de un sentimiento corporativista, sino que es algo que va mucho más allá.
En el fondo lo que quiero resaltar es el potencial del talento femenino en las organizaciones y de las barreras con las que nos encontramos a diario.
Soy de la opinión que uno de los peores enemigos que tenemos las mujeres en muchas ocasiones somos nosotras mismas.
Unas veces porque no terminamos de creer en nuestras capacidades y otras porque, a veces, resulta arduo nadar contra corriente. Deshacernos de tantas creencias e ideas preconcebidas sobre lo que supuestamente podemos o no podemos hacer, resulta difícil y, sobre todo, cansado cuando lidiamos con tantas cosas a la vez.
Esta semana he tenido ocasión de leer bastante información sobre la situación de la mujer en las empresas y en el mercado laboral. Algunos de esos datos son ciertamente alentadores (las mujeres han incrementado su presencia en los Consejos de Administración un 2,5% en el 2014). Por si no queda claro, nótese la ironía. 🙁
Otros, simplemente son un reflejo de lo que nos encontramos a diario: «El 40% de las directivas cree que los prejuicios son un obstáculo para la promoción profesional».
Desde que me lancé de lleno al mundo de las redes sociales he detectado que, algunas de las barreras que me he ido encontrando a lo largo de estos años en las empresas, estaban mucho más difuminadas en la red.
Mi sospecha se vino confirmada a raíz de la creación de mi proyecto personal: Etrania Human Resources & Training. Muchos de los inconvenientes que me había encontrado años anteriores por el hecho de ser mujer prácticamente han desaparecido o son inapreciables.
Una encuesta realizada por Women Innovators for Social Business in Europe ha puesto de manifiesto que un 53% de las mujeres encuestadas aseguran que haber emprendido les ha dado oportunidades que no habían encontrado en sus empresas.
Y todo ello al calor del nuevo modelo de empresa hiperconectada, donde lo importante es el talento y los conocimientos y no tanto el sexo de la persona.
Reconozco que en este tiempo me ha resultado mucho más sencillo poder mostrar mis conocimientos y experiencia a través de mis perfiles sociales que hacerlo durante los más de 15 años de profesión en diferentes empresas.
Aurélie Salvaire se ha propuesto traer a España un tema de plena actualidad en Estados Unidos, gracias al apoyo de Sheryl Sandberg, número 2 de Facebook, e incluso de Barack Obama: ha llegado el momento de hablar del potencial femenino como una manera de empoderar económicamente el país.
Según Aurélie «nuestro mundo sigue siendo visto, contado y liderado por hombres. Por lo tanto, si queremos cambiar la historia, hará falta cambiar la narrativa. Y, para esto, necesitamos diversificar el “quién” cuenta la historia.»
Este post quiero que sea diferente: quiero que entre todas empecemos a contar nuestra historia.
Hasta ahora, las mujeres hemos tratado de hacernos un hueco en las empresas jugando con las reglas de siempre, conocidas, aceptadas e incluso incuestionables.
Las redes sociales no solo han revolucionado la forma en la que las empresas se comunican y cómo proyectan su imagen hacia el exterior, sino que nos ha dado la oportunidad de poder tener un altavoz para todo el que quiera escuchar nuestra historia, sin distinción de género.
Las redes sociales se han convertido en un aliado para todos aquellos que quieren mostrar al mundo lo que son o lo que hacen sin que sea necesario trabajar para ello en una empresa.
Las organizaciones han dejado de ser las propietarias del talento para ser simplemente usuarias de éste.
Cada una de nosotras tiene el poder de decidir qué quiere hacer con su talento y cómo quiere contar su historia.
Yo ya te he contado la mía, ¿me cuentas la tuya?
Me parecen muy bien los comentarios y aportaciones sobre la, a mi juicio, mal llamada «mujer trabajadora», puesto que se esta refiriendo exclusivamente a la mujer que trabaja fuera de casa y recibe una remuneracion (puede debatirse si mas o menos justa) por su trabajo.
Soy esposo de una «trabajadora en casa» que ha suplido mis ausencias de casi veinte anos de trabajos fuera de Espana, que incluyen no solo la crianza y formacion de nuestros tres hijos (funcion madre con padre ausente) sino todas las tareas inherentes a la administracion dia a dia del hogar y de su entorno . Y todo ello sin ninguna compensacion economica.
Hoy dia, jubilados los dos, mi mujer (licenciada universitaria) no tiene derecho a una «pension» por sus mas de cuarenta anos de trabajos y cuando yo desaparezca no va a recibir de nadie y mucho menos de nuestro «Estado del bienestar» ya languideciente, los recursos necesarios para subsistir autonomamente.
Me gustaria establecer el dia de la mujer madre y ama de casa y que al menos se le de la misma importancia y auge que se le da a la mujer trabajadora remunerada.
Comentarios seran bienvenidos.
Gracias José Manuel por el debate generado.
Todo un lujo poder tener a una persona como tú en el blog.
Gracias
Isabel
Muchas gracias, Isabel. Seguiremos blogeando tambien sobre otros temas que veo que te interesan, como p. ej. el escaso valor que se da en la sociedad en general y en las empresas en particular a la enorme experiencia que puede aportar un jubilado a una organizacion productiva. !Hasta pronto!
Yo no puedo utilizar este día para reivindicar nada en nombre propio porque no he tenido dificultades, barreras ni limitaciones derivadas de mi sexo. Pero soy perfectamente consciente de que soy una privilegiada y que soy una de esas excepciones que confirman la regla.Por ello, agradezco a todas y a TODOS los que han confiado en mí.
Ahora bien, reconozco que esta moneda tiene dos caras. Y en la cara «fea» puedo situar a muchas mujeres que -por la sola razón de serlo- cada día sufren limitaciones, barreras, techos y «zancadillas» de cristal. Por ellas hay que seguir celebrando este día y reivindicando nuestra fuerza y poder.
Y a José Manuel quiero decirle que tiene TOOOODA la razón: la desvalorización (el desprecio) del trabajo en casa es algo muy penoso y que nos retrata muy bien como sociedad.
Muchas gracias, Myriam por tu comprension y aportacion al debate.
Gracias amiga por contarnos tu experiencia.
Isabel
Hola, dar ha Jose Manuel, la razon al cien por cien, y como referencia al articulo, las peores enemigas de la mujer trabajadora, es la propia mujer, esa mujer que cuando no consigue sus objetivos, utiliza otros, desprestigiando a su genero, yo soy partidario, del mismo tratro para hombres y mujeres, sin embargo, puedo apreciar que la mujer usa en muchas ocasiones, su propia discriminacion como arma, convirtiendose en una discriminacion positiva, que hace que el genero masculino quede relegado, por miedo, por no saber como comportarse, en fin, si somos iguales, mismo salario, horario, ayudas, trato, por que si no al final, la que supuestamente es la marginada, discriminada, se convertira en la que discrimina y margina. (recordaros que hay mujeres mas machistas que los hombres,y en muchos aspectos la ley es por si misma discriminatoria). Un diez por las amas de casa, que son las trabajadoras no reconocidas, y son las verdaderas heroes de nuestra sociedad.
Muchas gracias por el comentario.
Gracias Jose. Yo tampoco soy partidaria de la discriminación positiva, aunque lo cierto es que tampoco otros métodos que permitan allanar el camino a la mujer, ya que por mucho que nos empeñemos, solemos encontrarnos más obstáculos que los hombres. La paridad total está todavía lejos de alcanzar.
Isabel
Buenos días,
Estoy totalmente de acuerdo con José Manuel. De hecho, calculo que la inmensa mayoría de las mujeres del mundo trabajan, la mayoría en el hogar con jornadas interminables, teniendo que compatibilizar muchas veces estas tareas domésticas con trabajos igualmente duros: en el campo, en una fábrica, como mujer de la limpieza, instalando un taller de costura en casa… Trabajos ingratos, mal renumerados (o gratuitos) y poco reconocidos. La mujer trabajadora no es sólo la que tiene un sueldo, sino la que trabaja.
Saludos cordiales.
Àfrica Rubiés
Africa, muchas gracias por tu comprension y aportacion al debate.
Gracias África por sumarte al debate.
Isabel
Yo estoy plenamente de acuerdo con lo que José Manuel plantea, aunque, en realidad quisiera aclarar que yo, y seguramente muchas más personas, cuando empleamos el término mujer trabajadora lo hacemos en un sentido amplio. Quiero decir que el término trabajadora yo al menos no lo identifico necesariamente con un trabajo por cuenta ajena o con una relación laboral al uso. Para mi tan trabajadora es la que trabaja con un contrato laboral para un empresario como la que trabaja para y por su familia bajo un contrato emocional y de amor. Amas de casa como por ejemplo mi propia madre han sido y serán siempre un ejemplo vivo y encomiable de polivalencia porque han ejercido de: enfermeras, administradoras, maestras, limpiadoras, psicólogas, cocineras, abogadas defensoras incluso y todo sin preocuparse de si les iban o no a renovar el contrato, de si sus funciones estaban retribuidas o no acorde al convenio ni de si ellas estaban encuadradas en la categoría laboral correcta.
Eso es para mi profesionalidad auténtica.
Muchas gracias, Eva, por tu comentario y punto de vista amplio del contrato emocional. Me gusta.
Gracias amiga por pasarte por el blog.
Estoy contigo: creo que empleamos el término de una manera amplia sin discriminar. Por supuesto que tan trabajadora es la que lo hace en casa sólo como la mujer que trabaja en una empresa. El reto es el mismo para todas.
Es cierto que el trabajo de las mujeres en casa pasa desapercibido y es poco gratificante. Sin embargo, cumple un papel fundamental que en muchas ocasiones no se valora lo suficiente.
Isabel
Mi historia y la de tantas otras… trabajo en el sector IT, donde la mayoría son hombres. Todos mis compañeros/as, jefes/as (tanto unos como otros en su mayoría hombres) me han tratado genial en general. Ni mejor ni peor que a otros.
Pero la cruda realidad es que a la hora de promocionar van a promocionar antes a otrO que a ti. No, no soy de las que tiran la toalla. He trabajado igual o más que mis compañeros, y tristemente he visto como me han pagado menos que a un compañero (misma función, misma productividad, y yo con más antigüedad), como han promocionado a otros sin ser mejores que yo, etc.
Por supuesto, a partir de los 27-28 empiezan a preguntar en las entrevistas de trabajo si tienes pareja estable, etc. (¿hijos?), jamás he contestado a ello, pero no entiendo por qué mis compañeros me comentan que a ellos jamás les han hecho esa pregunta.
Pero seguramente sea que soy una feminista radical que saca las cosas fuera de contexto… (ironía mode on).
Mi historia ahora está en que me voy al extranjero, en busca de oportunidades que aquí se me niegan, y con la ilusión de volver con el dinero suficiente para emprender en diversas ideas de negocio…
(TO BE CONTINUED…)
Gracias Sara por contarnos tu historia. Me siento muy identificada con muchas de las cosas que has comentado. Yo también he pasado por ahí, por las preguntas sobre los hijos y sobre mi situación personal.
Lamento que tengas que marcharte fuera de España. Desafortunadamente no eres la única que se ha tenido que ir fuera, ni serás la última.
En este país no somos capaces de ver el talento ni teniéndolo delante.
Isabel