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¿Tu empresa no tiene alma ni corazón?

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Mi primera experiencia profesional fue en una multinacional del sector de la distribución.

Una de esas empresas por las que cualquier recién licenciado, como era mi caso, habría «matado» por trabajar en los años 90.

Y yo tuve la gran «suerte» de ser la elegida para poder iniciar mi carrera profesional en una de esas súper empresas, si es que a eso se le puede llamar suerte.

Una de las primeras lecciones que aprendí en esa «gran» empresa (nótese la ironía) era que no iba a hacer amigos, sino todo lo contrario.

A la empresa se viene a trabajar y no a hacer amigos

Era una expresión que flotaba en el aire de forma permanente.

Los empleados íbamos a trabajar por la mañana y corríamos despavoridos por la tarde en cuanto se cumplía la hora de salida para poder salir de aquella cárcel en la que se había convertido la empresa.

Durante las casi 10 horas de jornada que duraba mi día a día, mi único interés era tratar de pasar lo más desapercibida posible para que me dejasen tranquila.

Mis inquietudes, expectativas y problemas importaban poco porque de lo que se trataba era de que trabajases cuanto más mejor y a ser posible sin rechistar porque no si no te convertías en una persona problemática.

En esa empresa conocí por primera vez el significado de la palabra mobbing, al sufrirla en mis propias carnes.

Pero ni siquiera cuando trasladé a mis superiores lo que me estaba pasando conseguí que hubiese algún tipo de cambio o reacción por parte de la dirección.

Se trataba de una empresa sin alma ni corazón.

Y aunque hayan pasado ya casi 20 años desde mi primer trabajo, no puedo evitar sentir como si hubiese retrocedido en el tiempo en estos últimos años.

¿Empresas deshumanizadas, empresas más productivas?

A lo largo de todos estos larguísimos años de crisis económica nos hemos acostumbrado a que las organizaciones se hayan deshumanizado.

A que una empresa no sea nada más que un ente sin casi emociones donde la relación laboral se traduce en una mera transacción diaria de trabajo realizado por una cantidad de dinero y poco más.

Lo más triste de esta situación es que de alguna manera TODOS, tanto empleados como empresas, hemos asumido que eso es así y que esperar algo diferente es como pedirle peras al olmo.

Desafortunadamente leo y escucho, no sin cierta frecuencia, cómo las empresas deben de tener muy claro cuáles son sus objetivos, conseguir ingresos, y que los empleados no son más que un mero recurso para poder alcanzarlo.

Muchas organizaciones consideran que cumplen con su parte del trato con pagar un salario a final de mes a cambio del trabajo de sus empleados.

Es como si el hecho de que una empresa se preocupase por sus colaboradores le fuese a convertir en una organización a merced de estos, donde las decisiones no son tomadas bajo criterios de eficiencia o productividad sino de acuerdo con las necesidades de sus empleados.

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El día que los Millenials asaltaron las empresas

Por edad pertenezco a la Generación X, pero mi corazón es Millenial.

Reconozco que hoy en día no me siento nada identificada con los atributos que se nos suponen a las personas de mi generación.

Es como si hubiese nacido en un tiempo que no me correspondía y, además,  no he sido capaz de verlo hasta que empecé a descubrir quiénes eran los Millenials.

Reconozco que la Generación Y, o los Millenials, nos han abierto muchas puertas a los empleados de generaciones anteriores porque, básicamente, nos han demostrado que hay otras formas de estar y trabajar en una organización.

Algo que tenemos que agradecer de forma especial a los Millenials es el hecho de que busquen poder darle sentido a su trabajo y que este no suponga un pejae para poder tener un salario a final de mes.

Me sigue llamando la atención cómo las personas pertenecientes a esta generación tienen muy claro cuáles son los valores que debería tener una organización para poder trabajar en ella.

Y precisamente lo que buscan es que estas tengan alma y corazón.

Cómo descubrir aquellas empresas que sí tienen alma y corazón

Hoy en día es importante poder descubrir aquellas organizaciones que están orientadas de forma genuina hacia las personas de aquellas otras que no dejan de llevar a cabo una operación de maquillaje muy bien diseñada con el único objetivo de poder atraer candidatos que de otra manera les resultaría muy complicado.

Algunos elementos a tener en cuenta para descubrir estas empresas:

  • Suelen ser organizaciones con un nivel de digitalización muy elevado. Son conscientes de que el futuro, o más bien el presente, pasa precisamente por incorporar la transformación digital en sus proceso e integran la tecnología como algo natural. Esto resulta una clara ventaja a la hora de atraer Millenials ya que se trata de la primera generación de nativos digitales.
  • Es habitual encontrar a estas empresas con una presencia muy activa en redes sociales. Son organizaciones plenamente conscientes de la importancia de las redes sociales así como de la relevancia de poder tener huella digital. El hecho de poder tener una cierta visbilidad en redes sociales implica que la organización asume que hay coherencia entre lo que dice que hace y lo que en realidad hace, de lo contrario los comentarios negativos en redes sociales desembocarían en crisis de reputación con una cierta frecuencia. Algo que ninguna empresa puede permitirse hoy en día debido al peso e importancia que tienen las redes sociales.
  • Tienen definida de forma clara su Propuesta de Valor al Empleado (PVE) y utilizan las redes sociales para poder darle difusión.
  • El producto o servicio no es el centro del negocio sino las personas. Suelen ser organizaciones que tienen muy claro que es el talento el que elige dónde quiere trabajar con lo que incorporan procesos y estrategias orientadas a poder atraer y captar talento.
  • No tienen empleados, sino embajadores de marca. Sus colaboradores se sienten especialemte orgullosos y comprometidos con su organización y utilizan las redes sociales para dar difusión de lo que supone trabajar en la empresa.
  • Están comprometidos con el desarrollo de sus colaboradores y fomentan que estos puedan seguir creciendo sin ningún tipo de barreras.
  • Son organizaciones donde la comunicación fluye de manera natural. Existe comunicación bidireccional y utilizan no solo las redes sociales sino otras herramientas para favorecerlo, como es el caso de las redes sociales corporativas.

¿Tu empresa tiene alma y corazón?

Isabel Iglesias

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Comentarios (21)
  1. jcpnconsultor 8 años atrás

    Hola Isabel, excelente post. Muy instructivos tus aprendizajes y tus consejos.Sin haber hecho grandes estudios o encuestas, he podido percibir en mis 18 años de trabajo en el mundo empresarial, que aquellos que han sido más humanos, han durado más en sus cargos, han obtenido mejores resultados por más tiempo, han mantenido mejores relaciones interpersonales con sus colaboradores, han sido más creíbles y han sido mis mejores amigos. Si me lo permites, te dejo con un enlace, http://disolgich.blogspot.com/2016/01/como-ser-mas-humanos-en-la-gestion-de.html, donde te cuento mis 9 criterios personales, de cómo ser más humanos en la gestión de personas, no solo desde el área de recursos humanos, sino desde cualquier posición directiva. Saludos

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    • Isabel Iglesias 8 años atrás

      Gracias por pasarte de nuevo por el blog y pode dejarnos el enlace al post.
      Isabel

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  2. María 8 años atrás

    Hola Isabel,
    Este post me parece un 10, no puedo estar más de acuerdo con todo lo que cuentas.
    Yo pertenezco a la generación Y y no puedo entender la falta de transparencia en las empresas españolas, en las que los trabajadores tiene que ir a ciegas sin saber qué les espera en ellas.
    Ahora trabajo en un proyecto que trata de dar luz a este problema, os dejo un link de un post en que hablamos de este asunto: https://www.kobabunga.com/posts/que-hacer-si-no-soportas-a-tu-jefe
    Pienso que cada vez más empresas se darán cuenta de que un empleado feliz es más productivo.
    Estoy y estamos al 100% contigo.
    Saludos

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    • Isabel Iglesias 8 años atrás

      Gracias María por pasarte por el blog y por dejarnos el enlace al post.
      Isabel

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  3. Mv 8 años atrás

    Me ha encantado.

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  4. Luis 8 años atrás

    Pues sencillamente si tu vida laboral no tiene ningún sentido, tu trabajo, tus jefes mas inmediatos te acosan, supervisan con mala intención, buscan la amonestación de RR.HH para ir amontonando quejas acerca de ti para después tener el pretexto de lanzar un despido, sencillamente vete como lo hice yo. Una empresa en la que la directiva no protege los mas esenciales factores del bienestar del trabajador sino que aumenta los riesgos es para pensárselo detenidamente y abandonar. Para mi las personas que tienen un puesto de responsabilidad o están en el negociado de la empresa y provocan tensión, malestar, discriminación hacia los demás, que la gente sienta miedo al trabajo, pasar 8 horas insufribles trabajando junto a estas irresponsables personas, para mi, es otra forma de violencia por lo tanto parecerá fuerte lo que voy a decir pero son unos » terroristas laborales «.
    Isabel, lo cuento porque he pasado por esto. No sabes el daño que hace esta gente, tremendo. Como te he comentado abandone y estoy pagando muy caro, caro no carlismo el haberme ido, porque se ha instalado el desempleo en mi casa. A veces las cosas no salen como uno quiere.
    Aparte, tienes toda la razón en tu post, puedo decir que una persona que llega al trabajo y en el minuto 5 se quieres ir a casa porque se aburre a matar o lo pasa mal, creo que la empresa tiene un problema que no quiere ver y seguro ni lo va a solucionar. El trabajador a trabajar y punto. Lo demás no importa. Verdad ?
    Como te comente con anterioridad yo no puedo comentar estas cosas en mi blog porque es contradictorio ofrecer el curriculum en mi espacio y hablar de estas cosas. Me perjudicaría. Osea que toca callarse y ver que pasa.
    Saludos

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    • Isabel Iglesias 8 años atrás

      Gracias Luis por compartir tu experiencia con nosotros.
      Lamento que lo estés pagando tan caro. Míralo desde la perspectiva del aprendizaje.
      Isabel

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      • Luis 8 años atrás

        Gracias, aguante todo lo que pude, todo, pero no pudo ser. No me aseguraban mi bienestar en la empresa y eso es intolerable . Ahora estoy con este tema de los blogs y espero que me funcione.
        saludos

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  5. Jesús 8 años atrás

    Buenas noches a todos,
    Yo soy otra víctima es este tipo de empresas, por desgracia todavía muy arraigadas en nuestro país.
    No sé exactamente a que tipo de generación pertenezco, nací en el 60, supongo que soy «babyboomer» y los criterios para conseguir un trabajo, por lo menos en mi caso distaban mucho de los «millenials».
    Yo he trabajado toda mi vida como directivo en el mundo financiero y de los RRHH, campo este, que me ha interesado siempre mucho. El principio básico que ha guiado mi relación con las personas siempre a sido de respeto mutuo y basado en la premisa: «trata a los demás como quisieras que te trataran a tí», y sinceramente creo que me ha ido muy bien.
    La empresa en la que trabajaba era una empresa mediana unos (200 trabajadores) y creo que todos, la sentíamos y defendiamos como si fuera nuestra propia empresa, lo que hoy día se denomina «engagement» o lo que toda la vida se a llamado «compromiso».
    Hace 7 años aproximadamente, se hizo una asociación (join venture) con un grupo extranjero y la empresa se integro en él. Y aquí es donde empezaron mis problemas, firmas de cartas «voluntarias» de bajadas de sueldo, intento de reducción de derechos adquiridos, humillación continua, que continúa en la actualidad, en fin un «mobbing» de manual. Mi actitud, no sin haber pasado un sinfín de problemas psicológicos, ha sido la de defensa de mi posición y derechos, además de intentar hacer ver lo erróneo de esta forma de actuar.
    Yo tenía más derecho ha estar allí que los advenedizos que acababan de llegar, porque esa empresa la hizo triunfar el esfuerzo de las personas que estabamos allí desde el principio y otros que se incorporaron a lo largo de los años.
    Justamente por mi relación siempre respetuosa y cordial con mis anteriormente subordinados, pase de responsable de RRHH, a ser elegido unánimemente su representante, frente al avasallamiento de la nueva dirección.
    En mi caso, preferí luchar, a pesar de haberme podido embolsar una cantidad de dinero considerable cuando comenzó todo, por lo que creo que es justo, tanto para mi como para los demás, pues también sufrieron una bajada de salarios, totalmente injusta y brutal.
    Intentamos hacernos oir con la voz de la razón y alguna ayuda exterior de asesoramiento, y albergamos la esperanza de que cambie el accionariado algún día y los nuevos socios, sí comprendan que es preferible la zanahoria que el palo, la flexibilidad que la rigidez, la comunicación directa que la rumorología creativa.
    Desde que empezó esta etapa de mi vida, no deja de venir a mi mente «el cuento del traje del emperador», pues creo que refleja a la perfección este tipo de gestión y personas que intervienen en ella. No quieren críticos, sino súbditos sumisos y que no planteen problemas, aunque no aporten nada, pues su mayor preocupación es «permanecer» el mayor tiempo posible.
    Las decisiones que en la etapa no multinacional eran adoptadas con criterios económicos, ahora se adoptan en gran parte con criterios políticos, y así ….mal vamos.
    En fín, Isabel, que entiendo y comparto perfectamente tu artículo, pues a tí te sucedió al principio de tu vida laboral, lo cual te sirvió de aprendizaje y experiencia, negativa, pero experiencia al fin y al cabo. Pero a mí me ha sucedido al final, lo que ha representado para mi una profunda decepción y sorpresa, pues yo pensaba que las empresas en este país funcionaban todas con criterios de lógica económica y respeto a las personas, aunque hubiese también algo de política, pero no llegando al extremo de, vamos a decir, algunas multinacionales, para dejar algo para el beneficio de la duda, y no ser excesivamente negativos.
    Un saludo.

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    • Luid 8 años atrás

      Escribeme, yo tengo cosas que contar con eso.

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      • JR cll 8 años atrás

        Hola Luid.
        Yo poco más puedo añadir a lo que ya he comentado…. Tú me diras
        ________________________________

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      • Luis 8 años atrás

        Hoy, he tenido un juicio…una tia mala de atar… plaza de Castilla… … muy mala persona… mi abogado. el mejor,…..quiero dar mi tributo a mi abogado….se ha portado de lujo total. es un profesional como la copa de un pino.. La tia mala y muy mala….ha perdido. Isabel mala gente ni rr.hh ni mierdas. Mas mala que un dolor.
        estoy muy contento.. llevo con dos semanas con dolor de estomago… pero he ganado. ufff. que dolor.
        Luis

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        • Isabel Iglesias 8 años atrás

          Enhorabuena Luis!
          Si era eso lo que querías y lo has conseguido no puedo por menos que felicitarte. Ahora toca plantearse nuevos retos.
          ISabel

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    • Isabel Iglesias 8 años atrás

      Vaya Jesús, lamento mucho tu situación.
      Es cierto que a veces pienso que fue una suerte que me pasase al principio de mi carrera, aunque lo pasé muy mal.
      Me ha servido para hacerme más fuerte y sobre todo para saber elegir lo que no quiero.
      Te animo a que sigas buscando aquello que anhelas. No soy de las que tiran la toalla y creo firmemente en que uno es dueño de su carrera profesional.
      Isabel

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      • Jesus 8 años atrás

        Gracias Isabel,
        La situación la tengo controlada y superada, y como tu bien dices, ahora hay que reconducir y reinventarse.
        Un abrazo.

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    • Juan 8 años atrás

      Felicidades Isabel, me ha encantado tu blog

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  6. […] Escéptico, escéptica: No tengas miedo;  Confíe. El futuro pertenecerá a las empresas con alma y corazón.” […]

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  7. ANTONIO MARTÍN FLORES 5 años atrás

    Una pregunta que nada tiene que ver: ¿las imágenes de dónde las has sacado? ¿Sabes la autoría? Quisiera utilizarla para una actividad en mi aula y necesito saberlo para llevarla a cabo.

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    • Isabel Iglesias 5 años atrás

      Hola Antonio:
      Todas las imágenes del blog las saco de dos bancos de imágenes gratuitos: Pixabay y Freepik.
      Saludos
      Isabel

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