Hace varias semanas me encontré la siguiente nota pegada en la pared de un hospital de Alicante:
Recuerdo haberme quedada parada leyéndolo ya que era la primera vez que lo veía. Fue tal mi curiosidad por la nota que decidí preguntarles directamente a los médicos. Su respuesta fue todavía más contundente: «a nosotros también nos gusta que se nos agradezca cuando alguien está contento con el servicio que hemos prestado y que no todo sean quejas».
La realidad es que nos hemos acostumbrado a quejarnos y decir lo que no nos gusta. Y nos hemos olvidado de decir lo que sí nos gusta.
Nos hemos acostumbrados a dar por sentado que si algo sale bien es lo que se esperaba de nosotros o de los demás y, por ello, no hay agradecimiento que valga.
En cambio, si el asunto en cuestión ha tenido un mal resultado lo «lógico» es que se diga de forma enérgica que no ha salido como se esperaba.
En definitiva, hemos asumido como normal que las personas no necesitamos agradecimientos, ni una palmadita en la espalda o simplemente un «gracias» acompañado de una sonrisa.
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Un pequeño caso de éxito
Hace varios años, en una empresa en la que trabajé, pusimos en marcha una iniciativa muy modesta. Se trataba de hacer un pequeño homenaje a las mujeres por el día de la mujer trabajadora. Teníamos claro varias cosas para que tuviese el resultado que esperábamos:
- Pensábamos que el detalle que se daba ese día a las mujeres tenía que ser algo simbólico que representase el espíritu de agradecimiento de la dirección de la empresa, con lo que tenía que ser algo de un valor muy pequeño. Lo importante no era el regalito en cuestión, sino lo que queríamos transmitir con ello.
- Además queríamos que, si la iniciativa, tenía éxito, no se viese con el paso de los años como algo mecánico que se hacía sin mas porque la gente se había acostumbrado a ello.
La primera vez que lo hicimos nos vimos desbordados por las muestras de cariño de las compañeras que lo habían recibido. Tuvo tan buena repercusión que llegamos a pensar que habíamos generado demasiados expectativas entre nuestras propias compañeras. Recuerdo como mi jefe me llamó al final del día para agradecerme la iniciativa y darme la enhorabuena. Era la primera vez que lo hacía.
Para mí lo destacable de aquella iniciativa fue la repercusión que tuvo y cómo fuimos capaces de mostrar nuestro agradecimiento con algo que casi no tenía valor económico, pero si un gran impacto en la motivación.
Los siguientes años seguimos repitiendo la iniciativa y nos dimos cuenta de que se producían una serie de hechos curiosos:
Varias compañeras se involucraron en los preparativos. Participaban de la elección del detalle así como de la puesta en marcha.
Varias semanas antes de la fecha, el 8 de marzo, muchas de las compañeras empezaban a hablar ya de ese día y de «qué sorpresa les tenía preparada» la empresa.Habíamos conseguido generar una expectación en torno a algo que tenía un valor económico casi irrisorio y que era esperado como agua de mayo cada año.
Insisto: la clave nunca fue el valor de lo que se les entregaba sino la verdadera intención de que la empresa mostrase su agradecimiento en un día tan especial para las mujeres.
¿Cuándo fue la última vez que agradeciste algo?
Y no me refiero a la última vez que le dijiste «gracias» a alguien sin mirarle a los ojos o de forma mecánica, sino a aquella vez que lo sentiste de verdad y que la otra persona sintió que tu agradecimiento era real y auténtico.
Según Harvey Deutschendorf, el 90% de los empleados que consideran que sus jefes les muestran su gratitud consiguen mejores resultados. Y ante tales evidencias me sigue llamando la atención que las empresas sigan obviando el poder que tiene el agradecimiento.
Soy consciente de que puede haber personas que consideren que eso de agradecer a tus colaboradores es una milonga más de los de Recursos Humanos que parece que nos hemos empeñado en tratar de conseguir que el buen ambiente reine en las organizaciones. ¡Con lo que bien que se trabaje con malos rollos!
Si hay algo que he aprendido a lo largo de estos casi 2 años con mi blog es lo agradecida que son las personas.
Cuando escribes nunca sabes quién va a leerte, ni siquiera si lo que estás escribiendo gustará. Simplemente escribes porque te apetece hacerlo.
Con el tiempo me he dado cuenta que muchas veces el agradecimiento llega sin tu pedirlo. Simplemente porque has escrito, dicho o hecho algo que a alguien le ha resonado dentro. Y eso ha sido suficiente motivación para que la gente se haya mostrado agradecida y te haya dejado un comentario.
Para mí la clave del agradecimiento reside en dar sin esperar nada a cambio.
Dar de forma generosa porque a uno le sale de dentro y porque le apetece.
Y por supuesto, siempre, siempre, siempre agradecer lo que los demás están dispuestos a darte.
Si consideras que el agradecimiento puede serte útil en tu día a día, te invito a que lo practiques. Te sorprenderás al ver que cuanto más lo hagas, más y mejores resultados obtendrás.
Si no es ese tu caso, no pasa nada. Los demás seguiremos siendo agradecidos contigo.
Ahora todo está incluido en el «paquete», si lo haces bien ¡es tu obligación, te pagan por ello! ¿gracias? ufff.. ¡lo siento! ¿pero que dices? ¡ rebajate tu…! tenemos crisis de €, de valores, de liderazgo… gracias por recordanoslo Isabel.
Gracias a ti Jose!!! Ya sabes que es un placer tenerte en el blog.
Isabel
Totalmente de acuerdo Isabel. Fue una sorpresa para mi cuando personas con las que he trabajado, tiempo después de no estar en el mismo equipo y empresa, volvernos a encontrar y recordarme «es que tu me dabas las gracias cuando hacia …». Que poco acostumbrados estamos y cuanto lo necesitamos y valoramos. Suscribo tus palabras «Y ante tales evidencias me sigue llamando la atención que las empresas sigan obviando el poder que tiene el agradecimiento».
Saludos y… gracias por tus posts
Gracias Eva por compartir con nosotros tu experiencia. A veces te sorprendes de las cosas que recuerdan de nosotros. Hace unos años me pasó algo parecido con un despido absurdo que me tocó hacer. Pese a lo injusto de la situación, tenía claro que era una persona a quien despedía y no un objeto, y trate de que la situación fuese lo menos dolorosa para ella. Al final las personas somos agradecidas con quien se ha portado de forma amable con nosotros.
Gracias por pasarte por el blog.
Isabel
Reblogueó esto en universoyoga.
Efectivamente todo lo que cuentas ha resonado en mí, Isabel. Estoy totalmente de acuerdo contigo con lo importante que es ser agradecido desde el corazón y lo contagioso que puede llegar a ser.
Un saludo y muchas gracias por tu generosidad.
Gracias Mónica por escribir y por decir abiertamente que algo del post ha resonado en ti.
Para mí esa es una de las mejores satisfacciones que puedo recibir.
Isabel
Sin lugar a dudas el agradecimiento es algo que no se practica muy a menudo, algo tan sencillo que puede motivar y satisfacer a muchas personas con una sola palabra. Encantado de leerte Isabel, me ha encantado. Un beso.
Gracias Carlos por volver de nuevo a mi blog. Y sobre todo gracias por tus palabras y por practicar la gratitud.
Isabel
Es verdad lamentablemente en la actualidad somos pocas las personas que agradecemos y que reconocemos el merito o la labor del otro, la gran mayoría no acostumbra a agradecer porque lo tomo como una obligación de la otra persona o como un derecho que ellos tienen. Más allá de eso debemos siempre reconocer y agradecer las obras de los demás.
Gracias Carla por pasarte por el blog. Es cierto que hay personas que han tomado como que no hay obligación de agradecer y sí de pedir. Creo que es un camino en dos sentidos. Si queremos recibir, primero habrá que dar.
Isabel
Isabel, me decido hoy a escribir porque es el segundo artículo tuyo que leo, y me han emocionado mucho los dos. Decididamente, eres de Recursos HUMANOS,. Creo que en el fondo no es sólo el agradecimiento lo que se ha perdido, sino la humanidad, la empatía, la delicadeza. Y tú los tienes. Enhorabuena por ser así. Y gracias por recordarme que yo debo serlo.
Gema, me siento muy, muy honrada con tus palabras.
Desde que empecé a escribir el blog tuve claro que éste iba a ser un reflejo de mis ideas, valores y opiniones. Eso no deja de ser un riesgo ya que no a todo el mundo le gusta lo que escribes pero cuando leo comentarios como el tuyo me doy cuenta que, aunque sea a un pequeño número de personas, va calando la idea de que los de RRHH tenemos sensibilidad y alma.
Gracias por tus palabras y por recordármela a mí también.
Isabel
Totalmente de acuerdo.
Y observando el efecto que causa dar los «buenos días» con una sonrisa y pedir las cosas «por favor» (es lo que mi madre llama «las palabras mágicas») podemos sorprendernos con los cambios de actitud que se genera en nuestro interlocutor.
Alegra la mañana y es gratis…
Gracias Uca por pasarte por el blog y dejar tu comentario.
Qué sabias son las madres!!! Saben mucho más de los que nos creemos. Y además tienen la habilidad de hacerlo sin que parezca que están plantando una semillita en nosotros.
Isabel
GRACIAS Isabel por seguir escribiendo alegremente, GRACIAS por mantener viva la idea del desarrollo de los Recursos Humanos en las empresas, así como detallar cómo podemos ser mejores personas y/o cómo conducirnos mejor en las organizaciones. Isabel, MUCHAS GRACIAS por tus aportaciones, sinceramente.
Gracias Luis Alonso por tus palabras.
Cada vez que recibo un comentario de este estilo me doy cuenta que cada vez me gusta más esto de escribir un blog.
Si además viene de un colega de RRHH, todavía me siento mucho más reconfortada.
Gracias de corazón!!
Isabel
Hola Isabel,
Como bien dices hay muchas formas de motivar y gratuitamente. En mi último empleo también existen hojas de felicitación a los empleados. Como cliente nunca se me había ocurrido que un comercio tuviese esa forma de reconocimiento hacia sus empleados, de hecho no se si todos lo tienen. Es una circunstancia que descubrí ya como empleada.
Es un simple gesto pero que, como bien dices, satisface mucho. El cliente rellena en escasos minutos una hoja de agradecimiento por el trato y asesoramiento recibido por un determinado empleado. Esa información llega a la dirección de la empresa y en la zona de empleados hay un tablón de anuncios donde se coloca para que todos los empleados puedan verla. Es una sincera forma de reconocimiento del trabajo bien hecho.
Saludos y enhorabuena por tus artículos 🙂
Gracias Mónica por contar tu experiencia.Me gusta escuchar que hay más empresas que han optado por esa línea y que no todo son quejas.
Gracias por pasarte.
Isabel
Muy buen artículo, Isabel. ¡Gracias!