Hoy quiero compartir con vosostros un post algo diferente.
Es mi pequeño homenaje al día de la mujer trabajadora:
Me gustaría empezar este post reflejando algunas cifras que he extraido del artículo 100 datos que hablan de desigualdad.
Sólo el 11,5% de los consejeros en las empresas que cotizan en el Ibex-35 son mujeres.
Las mujeres sólo representan el 16,8 por ciento del total de catedráticos de universidad.
Las mujeres españolas cobran de salario medio anual un 22 por ciento menos que los hombres: 19.502 euros frente a 25.001 euros.
Las mujeres mandan en 23 países de los 198 que existen en el mundo, lo que supone un 11,61%.
Las mujeres están a la cabeza de la formación digital online: un 67% de alumnas frente al 33% masculino.
El 53% de los universitarios españoles son mujeres.
El 57% de las mujeres trabajadoras españolas considera que existe un estilo de dirección femenino, una forma diferente de dirigir una empresa.
El 69% de las personas trabajadoras españolas mayores de 35 años prefiere tener una jefa antes que un jefe, ya que la satisfacción laboral no sólo depende del dinero y las mujeres directivas influyen en factores como la conciliación familiar y la consideración en la empresa.
Vistos algunos de estos datos, es evidente que a las mujeres nos queda todavía un trecho que recorrer.
Sin embargo, considero que hay datos que invitan a pensar que se está produciendo un lento pero constante cambio. Quizás es tan lento que ni nosotras ni nuestras hijas podrán ver como se reconoce con toda su plenitud el papel de la mujeres en las empresas.
Cuando se acercan estas fechas suelo acordarme de historias que me contaba mi abuela sobre lo difícil que lo habían tenido ellas: tras haber vivido una guerra con su consiguiente postguerra, haber estado encarcelada por haberse quedado en el bando equivocado cuando España se partió en dos, haber criado a sus hijos y ayudado a mi abuelo en el negocio familiar, todavía le quedaban fuerzas y ganas para lidiar con las nietas adolescentes.
Ellas sí fueron valientes. Lo tuvieron todo en contra y aún así fueron capaces de poder crear las bases para que las generaciones venideras pudiesemos ir consiguiendo metas y logros en el ámbito laboral. Son las grandes olvidadas, ya que con su labor invisible y abnegada nos abrieron el camino para que llegasemos nosotras detrás y pudiesemos estudiar en la universidad y hacernos un hueco.
Si echamos la vista atrás, y teniendo en cuenta que no hace ni 100 años no teníamos ni siquiera derecho al voto, (el 1 de Octubre de 1931 se reconoce por primera vez el derecho al voto a las mujeres mayores de 45 años) parece que hemos conseguido muchas cosas en poco tiempo.
Si hay algo de positivo en esta crisis económica que nos azota desde hace varios años es que, muchas de las estrcturas que hasta entonces estaban funcionando, han dejado de hacerlo. Y que, en estos momentos, es más que evidente que el estilo de liderazgo femenino empieza a despuntar en las organizaciones por la necesidad de buscar nuevas formas de dirigir.
Habilidades como la inteligencia emocional, la capacidad de negociar, la habilidad para adaptarse a diferentes situaciones, o la comunicación y el diálogo frente a las políticas del «porque lo digo yo» o «esto se hace asi», no son más que competencias que hemos visto utilizar y desarrollar en nuestras madres y abuelas.
Curiosamente son justamente este tipo de habilidades, que parece que traemos de serie la mayor parte de nosotras, las que más se están valorando en estos momentos por parte de las empresas.
Ahora sólo falta que nos decidamos a romper el techo de cristal que nos impide alcanzar lo que queremos y que lo hagamos a nuestra manera, decidiendo cómo queremos hacerlo, sin que sean los demás los que nos digan cómo.
La libertad se aprende ejerciéndola. Clara Campoamor.
Estimada Isabel, me inclino a pensar que lo dices como un recurso literario, pero me resisto a creer que la defensa de la legalidad democrática fuera el bando equivocado… aunque fuera el perdedor. De hecho, creo que perdimos todas y todos, incluso los ganadores. No hay más que mirar a nuestro alrededor y ver cómo están las cosas en esta España de los vencedores de la guerra civil.
Me gusta pensar que hombres y mujeres, mujeres y hombres en plena igualdad, terminaremos por levantar un nuevo futuro y que lo haremos, precisamente, desde las esencias y valores del «bando equivocado». Los vencedores ya han dado de sí todo lo que saben en su decidido avance hacia el pasado remoto.
Y ahí, las mujeres tenéis mucho que decir y que hacer… y nosotros, los hombres, a vuestro lado. Ni delante, ni detrás.
Un cordial saludo.
Hola José y bienvenido al blog de nuevo:
Vamos por partes. A la hora de redactar fuí plenamente consciente de lo que quería escribir y, no sólo eso, sino que además quise hacerlo sn que nadie pudiese sentirse molesto. De hecho, si te das cuenta en ningún momento menciono el bando en el que estaba mi abuela ni nada. Todos sabemos que España se partió en dos durante la guerra y que mucha gente, por esas divisiones, se quedaron atrapados en el lado «equivocado». Por lo menos en Madrid eso fue lo que sucedió.
Por supuesto, todos perdimos. En eso estoy completamente de acuerdo. Y no es menos cierto que en los dos lados hubo encarcelamientos y desmanes.
Dicho eso, coincido contigo en que el futuro pasa porque lo construyamos yendo hombres y mujeres de la mano, uno al lado del otro, sin que unos sean más que los otros.
Gracias José.
Subrayemos, entonces, aquello en lo que coincidimos y lo que nos permite avanzar en la dirección que señalas 🙂
Un cordial saludo
¡¡Hola Isabel!! Ya sabes que soy fiel seguidor tuyo y que suelo estar de acuerdo contigo en casi todo. Se que es muy difícil mostrar en un post todas nuestras emociones y menos aún agradar a todo el mundo, porque incluso para decir lo mismo utilizamos expresiones distintas; sin embargo, en este post me voy a permitir la licencia de discrepar contigo, me explico: a las mujeres os queda, injustamente, mucho camino que recorrer y afortunadamente, cada vez somos muchos más los hombres que nos sumamos a vuestras justas reivindicaciones, pero creo que el salto que propones en este post está dejando atrás a muchas mujeres, por ejemplo: ¿que porcentaje de mujeres tienen la opción de llegar a esos puestos de poder? ¿Que pasa con esas mujeres que al descubrir las maternidad cambian por completo sus prioridades? No me cabe duda de que sabes que muchas se sienten mal por posponer sus carreras y otras tantas también, por continuar con ellas; sin embargo, titulas tu post con un homenaje a la mujer trabajadora y todos sabemos a que mujer se le adjudica ese adjetivo. Desde mi modesta opinión, nuestro objetivo ha de ser reconducir los datos que presentas, pero antes de eso hay muchas cosas que hacer; de echo, hay muchas mujeres dirigiendo países (Merkel), organismos (Lagarde) y grandes multinacionales, y siguen actuando de la misma manera insensible que marcan los números ¡Ojo! Estoy de acuerdo contigo en que el día que consigamos que las mujeres
nos representéis de una manera más notable, el mundo puede cambiar pero yo me pregunto ¿estamos educando a las mujeres para dirigir el mundo desde sus emociones o pretendemos que nuestras hijas se comporten como hasta ahora han hecho y está haciendo los hombres ? Saludos.
Hola Gustavo:
Me encanta que no estés de acuerdo conmigo. Y me gusta porque eso significa que somos diferentes y me gusta poder aprender de personas que tienen algo nuevo y fresco que aportar.
Coincido contigo en varias de las cosas que apuntas: las mujeres que están en el poder lo están porque muchas de ellas han tenido que hacer grandes sacrificos personales. Algunas de ellas han decidido renunciar a la maternidad porque lo consideraban un escollo en sus carreras. Y otras directamente han adoptado el estilo de liderazgo masculino con lo que se alejan del resto de las mujeres.
Del artículo que he extraido los datos, hay otros muchos que hacen referencia a la situación a nivel general de la mujer. Yo he querido centrarme y resaltar datos referidos a la mujer trabajador. No se si eso implica que estoy dejando atrás a un número importante de mujeres, como tu señalas. Lo que sí se es que a las mujeres nos queda un largo camino para poder tener mayor presencia en las organizaciones, en la política, la universidad….
Es un mundo dirigido y controlado por hombres que poco a poco va cambiando.
Yo tengo una hija pequeñita a la que tengo clarísimo que la educaré, que ya lo estoy haciendo, desde la perspectiva de que sea una persona independiente, con autoestima y con capacidad para que pueda tomar sus decisiones, sabiendo que nadie vale mas por el hecho de sea hombre. Tengo claro que la estoy educando de forma diferente pero no se si eso es lo habitual.
Gracias Gustavo por esta marvillosa reflexión.
¡¡Buenos días Isabel!! A mis hijas, que son ya mujeres… mejor dicho: unas grandísimas mujeres, las tratan de «bichos raros». Al decidir compartir mi vida con una mujer, comprendí que tenía que empaparme de vuestras emociones para que esa convivencia fuese la que se merece una vida que tiene fecha de caducidad, así es que me puse manos a la obra y cada vez que tenía una oportunidad de hablar con mujeres y sobre mujeres, era un alumno aventajado, algo que también me trajo la incomprensión de muchos hombres, pero bueno, yo ya se como es y como piensa un hombre, así es que me centre en lo que me interesaba: las mujeres. No tarde mucho en conocer, según mi manera de entender, vuestras innumerables virtudes y algunos de vuestros principales defectos, y comprendí que no se nos educa correctamente para lo básico: nadie me enseño a entender como piensa una mujer y por ende, a la mayoría de los hombres, y a las mujeres no se les enseña como piensa realmente un hombre y aquí estamos, ya entrados en el siglo XXI y con los mismos problemas; toda esta introducción es para compartir mi experiencia contigo como padre/educador de mujeres y te lo resumiré diciéndote: que no hay nada más hermoso que una mujer segura de si misma, conocedora del origen de sus emociones, del objetivo principal de su biología y por supuesto, sabiendo que virtudes principales debe aceptar en un hombre y cuales debe descartar, y todo esto, por supuesto, sin perder su maravillosa condición de mujer,perdona el «rollo» pero es que este tema me apasiona y más conociendo su resultado: mis hijas. Saludos .
Hola Gustavo y gracias por tu comentario:
Yo creo que en general, tanto hombres como mujeres, adolecemos de autoconocimento. Por eso muchos de los proceso de coaching se basan en autoconocimiento que es la base para empezar a hacer cambios, mejoras y crear nuevas conductas.
Y esto se aplica tanto a hombres como a mujeres.Quizás deberíamos empezar todos por ahí, partiendo de la base que ninguno es más que el otro.
Isabel, me ha gustado tu post, aunque en el fondo reconozco que a todo lo que se le ponga título como «el día de los enamorados» , el «día de la mujer trabajadora» me chirría un poco, quizá por todo lo que tenga de comercial y de influencia política. ¿ Un homenaje a la mujer? genial, yo lo soy…incluyamos a todas las que trabajan y se esfuerzan en cualquier ámbito de su vida …Y ¿un homenaje al hombre? genial también…Me ha encantado mucho la reflexión de Gustavo, y le felicito por ello y por su esfuerzo por conocer a la mujer desde todas las perspectivas, y en su recomendación de conocer al hombre en profundidad. Quizá cuando hagamos esta tareas de conocernos mutuamente todo irá mejor, habrá mayor respeto, mayor consideración por el otro, y seremos dos iguales que se complementan, sin necesidad de recurrir a cifras y porcentajes que demuestren quienes ocupan un puesto u otro. Sencillamente serán ocupado por los más válidos independientemente de su género. ¿Una utopía? Estoy segura de que no lo es. 🙂
Un saludo
Nuria
Hola Nuria:Te entiendo. A mí tampoco me hace gracia pero es la manera para distinguir un post muy distinto de mi blog que está enfocado a RRHH y desarrollo de personas.
Yo tampoco creo que sea una utopía. De hecho en estos últimos años la mujer ha realizado más avances que en varios siglos de historía. Como he dicho en algún que otro comentario, estoy convencidad que la nueva realidad empresarial traerá la posibilidad de abrir las puertas de algunas empresas para que empiece a correr el aire y se acaben con algunos de los prejuicios absurdos que todavía perviven.
Gracias Nuria por pasarte.
Reblogueó esto en Inteligencia Emocional & PNL.