Felicidad
Employer branding

La mentira de la felicidad en el trabajo

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Hace un tiempo publiqué un debate en LinkedIn hablando de forma abierta sobre la felicidad en el trabajo.

En este debate, hacía referencia a un artículo donde se ponía en entredicho la tan extendida moda de estos últimos años de muchas empresas empeñadas en tener empleados felices y en vender la necesidad de que estos lo sean las 24 horas, los 365 días del año.

Lo cierto es que me sorprendió el debate tan intenso que se generó así como la diversidad de opiniones que surgieron con respecto a un tema donde podría parecer que hay bastante consenso en lo que se refiere a que las empresas busquen de forma activa la felicidad de los empleados.

La realidad es que en los últimos años, estamos asistiendo a un creciente interés por parte de las empresas en buscar a toda costa que sus empleados sean felices.

Los Gestores de Felicidad en las empresas: ¿moda o necesidad?

Así, no es extraño encontrarnos con profesiones nuevas que sinceramente me cuesta trabajo entender en qué consiste su día, como es el caso de los «GEFE» (gerente de felicidad) y demás puestos de trabajo que tienen el término felicidad incluido en su titular profesional como si de algo exótico se tratase.

Ahora bien, ¿se trata de una preocupación real o alberga otro tipo de motivaciones secundarias que poco o nada tienen que ver con un interés real y sincero por parte de las empresas en la búsqueda de la felicidad por parte de los empleados?

No nos engañemos: la red está llena de estudios e informes que hablan de forma abierta de las bondades de la felicidad en el trabajo y cómo este puede dar lugar a que los empleados felices sean más productivos, que decidan quedarse más tiempo en sus empresas o que estén dispuestos a asumir cuestiones en su puesto de trabajo que de otra manera no estarían dispuestos a aceptar.

¿Realmente las empresas buscan la «felicidad» para que sus empleados pueden convertirse en mejores profesionales o más bien las consecuencias que puede tener esa supuesta felicidad?

¿Es la felicidad el nuevo anzuelo en las empresas?

Empiezo a percibir la felicidad como si de un nuevo anzuelo se tratase en las empresas para poder captar talento.

Es importante tener en cuenta que todavía estamos sufriendo las desastrosas consecuencias de una crisis económica de proporciones estratosféricas y que ha dado lugar a que muchas empresas hayan tenido que desprenderse de muchos empleados.

Para algunas empresas, esta operación de adelgazamiento ha sido traumática, no solo por las consecuencias de haber tenido que desprenderse de muchas personas válidas sino también por la manera en la que se hizo.

Si bien es cierto que una gran parte de empresas trataron de cuidar al máximo este tipo de desvinculaciones cuando la crisis arreciaba, la realidad es que hay otras tantas que se desprendieron de sus empleados como quien tira un juguete estropeado a la basura y busca un recambio a este lo más  económico posible.
Felicidad
Todo esto ha dado lugar a que, cuando la situación económica se ha reactivado, estas empresas han necesitado volver a contratar y tratar de atraer talento a su organización.

El problema viene cuando la imagen de estas empresas, como consecuencia de los desmanes de la crisis económica, es tan lamentable que las posibilidades de poder atraer los candidatos que necesitan son muy limitadas.

Y es precisamente ahí donde entra en juego el tema de la felicidad como una manera de poder mostrar una cara más amable de la organización, tratando de vender la idea de que trabajar en una determinada empresa dará lugar a que tus niveles de felicidad como empleado suban como la espuma, tratando de eliminar de un plumazo cualquier posible rastro anterior que no hablaba muy bien de esa empresa.

Las empresas jamás serán proveedoras de felicidad, mal que les pese a más de una

No nos engañemos: las empresas jamás serán proveedoras de felicidad por una serie de razones:

La felicidad es algo muy personal

Y cada uno de nosotros lo entiende de una manera muy diferente. Es prácticamente imposible que una empresa tenga en cuanta todas y cada una de las maneras en las que sus empleados entiende lo que es la felicidad.

En realidad hay tantas definiciones de felicidad como personas existen. Lo que para uno es felicidad, para otra persona es motivo de infelicidad.

La moda de vender felicidad en el puesto de trabajo 

Esta moda no deja de ser una burda manera de tratar de manipular e incluso intervenir en el desarrollo de las personas, condicionando la felicidad a aspectos externos a la persona en los que, además, tiene escaso control ya que la empresa puede decidir en cualquier momento cortar esa felicidad.

Y ya sabemos qué cambiantes son algunas decisiones empresariales.

Tratar de buscar la felicidad en el puesto de trabajo a todas horas y en todo momento puede dar lugar a frustración

En el fondo estamos ligando tener ese estado emocional de felicidad a nuestro puesto de trabajo.

¿Qué ocurre entonces cuando nuestra relación laboral se acaba? corremos el riesgo de convertirnos en personas altamente infelices al haber desparecido aquello sobre lo que giraba nuestra felicidad.

Y no olvidemos que una empresa puede estar muy interesada en nuestra felicidad, hasta que deja de estarlo.

Felicidad no, bienestar sí

Lo malo de esta moda es que ha dado lugar a que surja todo un negocio alrededor de la felicidad en el trabajo y que haya empresas que consideran que la felicidad consiste en poner una mesa de pin pon o  en dar comida gratis.

Eso sí, la jornada sigue siendo larguísima, los mandos intermedios no creen en esa felicidad y a veces ni en el desarrollo de los empleados, o la posibilidad de conciliar no deja de ser una mera anécdota que queda reflejada en vídeos maravillosos donde se muestra una realidad que poco o nada tiene que ver con el día a día en la empresa.

Me resulta muy triste descubrir que hay empresas que se empeñan en vender felicidad cuando ni siquiera son capaces de proporcionar el más mínimo bienestar a sus empleados.
Y todo por la tan extendida idea de que necesitamos ser felices por encima de todo.

No vendamos felicidad, mejor generemos bienestar.

Isabel Iglesias

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Comentarios (11)
  1. Luis 6 años atrás

    Lo que existe en las empresas es una total y estrepitosa hipocresía que los directivos quieren vender a los empleados. Normalmente muchos de estos son unos severos inútiles que a lo único que se dedican es a enrarecer el ambiente, crear confusión y intentar demostrar que los empleados son felices para asi ellos sentirse que son lo mejor de lo mejor. Exactamente, el bienestar es muy diferente a la felicidad en el trabajo. El que tenga bienestar en el trabajo tiene un valor enorme y que lo disfrute todo lo que pueda.
    Saludos

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  2. Carlos Hidalgo Lopez 6 años atrás

    Muy interesante su comentario, respetable y consiso, sin embargo en mi experiencia laboral y personal he llegado a descubrir que cuando la gente es feliz en lo que hace obtiene mejores resultados.
    Durante mis más de 30 años de vida laboral, y mis cuarenta y diez de vida, lo he comprobado, la calidez de las Empresas generan mayor compromiso.
    No es una moda pasajera, es una realidad, y no es sólo una cuestión de las empresas, es de la vida en general. Nuestras relaciones laborales, personales e incluso familiares no excluyen los problemas y las crisis, pero al final pesa más nuestro sentimiento más intenso para definir nuestro futuro.
    Quienes han tenido que tomar decisiones en las que dejan de lado una persona o una empresa lo entenderán mejor que quienes acostumbran obviar los sentimientos propios por un supuesto bien mayor. Somos más productivos en los ambientes en que la generación de endorfinas nos ayudan a su felices más fácilmente.

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  3. […] Todos en el mismo barco: los empleados tienen un nuevo nivel de compromiso y responsabilidad. No van a heredar la empresa…porque en cierta manera, también es suya. Los empresarios no están encerrados en despachos herméticos. Oyen a su gente y les da lo que necesitan y sobre todo se preocupan de su bienestar. […]

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  4. Jordi Miguel 6 años atrás

    La introducción de la felicidad (o bienestar) de los trabajadores en una empresa no es una estrategia maquiavélica para alimentar el ego de los empresarios y directivos. Cuando hablamos de felicidad en la empresa nos referimos a un nuevo paradigma empresarial que pone el foco en el capital humano de manera holística. Es decir, que tiene en cuenta no solo las capacidades, habilidades y actitudes de la persona como trabajador, sino como persona en sí misma. Tiene en cuenta y valora sus circunstancias, necesidades y aspiraciones personales (porque sí, Isabel, cada uno tenemos las nuestras) y lleva a cabo acciones concretas para satisfacerlas, englobadas en una estrategia empresarial que se basa en un principio básico muy sencillo: cuando estamos bien, cuando somos felices, somos mucho más productivos. Es un hecho que las empresas que han dirigido sus esfuerzos a facilitar el bienestar de sus empleados han conseguido aumentar sus beneficios de manera muy significativa (para ejemplo, interesaros por la lista de Best Place to Work). La mayor parte de nuestro tiempo diario lo dedicamos al trabajo. Entonces, ¿por qué no intentamos disfrutar de él? Lo contrario genera estrés, frustración y otras emociones negativas que iniciativas de felicidad pueden mitigar de manera significativa. Cuando decimos que nos llevamos el trabajo a casa, lo que estamos diciendo es que nos llevamos la preocupación que el trabajo nos genera. ¿Y si dejáramos el trabajo en la oficina? ¿No nos permitiría eso disfrutar de un mayor nivel de felicidad íntima? La mayoría de mis clientes me manifiesta su necesidad de equilibrar sus emociones, de mejorar su autocontrol, lo que se traduce normalmente en un bajo nivel de autoconfianza y de autoestima. La mayoría manifiesta que en su desarrollo profesional les cuesta porque no tienen las condiciones deseables. Y lo peor es que ese estado emocional negativo les perjudica en su vida privada. Entonces, ¿qué hay de malo en que las empresas intenten ayudar a sus empleados implementando medidas que favorezcan la cohesión, el trabajo en equipo, el reconocimiento, la colaboración, la innovación, el desarrollo, el crecimiento personal, la formación, la integración, la inteligencia emocional…? Sí, claro, eso hace que los trabajadores sean más productivos…¿y?, ¿qué hay de malo en ello? Es un win-win. Yo prefiero trabajar sintiéndome a gusto y haciendo ganar más dinero a mi empresa, que pasar las horas esperando que toque el timbre y odiando lo que hago, rindiendo por debajo de mis posibilidades, no aportando y facilitando la falta de competitividad. Pero cada uno….

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  5. recursossuperhumanos 6 años atrás

    Lo primero decir que he descubierto tu blog desde LinkedIn y me gusta mucho. Corregidme si me equivoco, pero ¿no puede ser que esa felicidad que sienta el trabajador, sea una de las consecuencias (positivas en éste caso) de un adoctrinamiento por parte de la empresa bien hecho? Entiéndase adoctrinamiento como el conjunto de acciones (formación inicial por ejemplo) que dicha empresa lleva a cabo para que los empleados se sientan parte de ésta como grupo. Ésta reflexión viene, a que un amigo entró a trabajar a una importante empresa de hostelería especializada en cafés, (no diré nombres pero seguro que a todos nos viene uno a la mente ;)) y me sorprendió como recibían a los nuevos trabajadores y los hacían encajar dentro de la maquinaria de la organización, en un sector que todos sabemos adolece de una alta rotación. Un saludo.

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    • Isabel Iglesias 6 años atrás

      Hola!
      Gracias por pasarte por el blog.
      Sí, en cierta forma lo que cuentas tiene todo el sentido del mundo. De hecho una de las cuestiones que se trabajan en muchas áreas de Recursos Humanos es precisamente el que la experiencia del empleado en la acogida (o también llamado on borading) sea memorable para que la adaptación sea lo más rápida posible.
      Ahora bien, sigo pensando que eso poco tiene que ver con temas de felicidad. Como comento en el post, no es lo mismo bienestar que felicidad. Las empresas pueden aportar bienestar y además es muy recomendable. Pero de ahí a que puedan influir en tu felicidad, me parece excesivo. Más que nada porque nuestra felicidad depende de muchos elementos subjetivos que las empresas no pueden controlar.
      Gracias por pasarte por el blog!
      Isabel

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  6. manualidadesparatods 6 años atrás

    wow realmente muy interesante y ser feliz con lo que uno hace es muy importante… recibe un fuerte abrazo! Bendiciones!

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  7. Ignacio Salvador 4 años atrás

    Buenos días Isabel,

    Llevo tiempo pensando sobre esto.

    Con la llegada de los Chief Happiness Oficcers me parece que se nos ha ido de las manos.

    Cuidar del empleado, crear un clima que facilite el bienestar y el trabajo en equipo, tratar de que todas las diversidades se sientan a gusto para crear un lugar de trabajo óptimo me parece genial.

    Pero creer que uno puede facilitarle la felicidad a otra persona es excesivo.

    Si alguien ha perdido a su pareja, tiene un hijo con un tema de salud importante y otros circunstancias vitales le impiden ser feliz, me parece que podemos aún así darle un espacio en el trabajo donde se sienta importante y seguro/a pero de ahí a pensar que le podemos proveer de felicidad me parece que hay un mundo.

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    • Isabel Iglesias 4 años atrás

      Completamente de acuerdo contigo Ignacio!
      De ahí mi crítica al tema de las empresas que dicen vendernos felicidad.
      Es algo muy personal y subjetivo y no creo que las empersas estén para eso sino para precisamente generar las condiciones necesarias para que haya bienestar y las personas puedan desarrollar sus capacidades.
      Gracias por pasarte por el blog!

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