currículum
Empleo

Si no tienes un currículum, ¿qué tienes?

Por

En algún post he comentado que no me gustan los currículum.
No es que no me gusten, que no es del todo correcto; es que no creo en ellos.
Y no creo en ellos por los siguientes motivos:

  • Los currículum me parecen un compendio de buenas intenciones por parte de los candidatos pero bastante ineficaces como herramienta para buscar empleo. Y no es que no sepamos hacer un currículum, sino que los reclutadores nos hemos empeñado en poner un montón de trabas absurdas para justificar que tu currículum no es lo suficientemente bueno o no llama la atención u otras frases similares.

Empiezo ya a estar un poco cansada de que muchas de las personas que se dedican a temas de reclutamiento le den más importancia al tipo de letra con el que está escrito el currículum en sí que a su propio contenido.

Es cierto que existen una serie de normas, llamémoslas «básicas« que todo currículum necesita cumplir para pasar esos filtros. Me vais a permitir que las obvie porque me parecen en algunos casos ridículas y no es mi intención seguir alimentando la idea de que tenemos que hacer pasar a la gente por un aro que solo sirve para filtrar de manera indiscriminada y que, difícilmente cumple con el objetivo fundamental de cualquier proceso de selección: encontrar talento.

Por cierto, por si a alguno se le ha olvidado, aprovecho para recordar que el objetivo fundamental de un proceso de selección es detectar talento, o por lo menos esa persona que supondrá una diferencia en nuestra empresa. Ni siquiera es cubrir una vacante porque eso supondría rellenar un hueco y hoy por hoy lo que hay en las empresas son personas y no huecos.

  • Un currículum , como ya he comentado en más de una ocasión, solo dice lo que tú dices que haces pero no lo que en realidad haces.

Debido a estas normas que cualquier persona necesita observar, si quiere que su currículum pase los filtros mínimos, te puedes encontrar con que tengas que cercenar parte de tu vida profesional porque no cabe en dos folios, sobre todo si, como es mi caso, llevas trabajando casi 20 años y además lo has hecho para más de 5 empresas y además te dedicas en tus ratos libres a formarte. Mucha información para poco papel.

Al final te encuentras con que las primeras experiencias pasan a mejor vida y te centras en las últimas porque piensas que si eres capaz de explicar de forma adecuada lo que llevas haciendo x años, quien lea tu currículum será capa de hacerse una idea de lo que puedes aportar.

Un currículum, ¿para qué? ¿para ser uno más?

Este verano contactaron conmigo a través de LinkedIn para ofrecerme un proyecto.

Me decían que habían visto mi perfil y que les parecía que encajaba muy bien en un tema que querían poner en marcha. Empezamos a hablar para ir cerrando los detalles hasta que cuando estábamos casi al final del proceso me dijeron la siguiente frase: «necesitamos que nos mandes un currículum«.

«¿Un currículum, para qué? tenéis toda lo que necesitáis saber de mí en mi perfil de LinkedIn que es muchísimo más completo y detallado que cualquier currículum y además accesible para cualquiera». 

Fue todo lo que atiné a decir dado mi asombro, si tenemos en cuenta que el contacto se había hecho desde el primer momento desde LinkedIn.

currículum

A la vista de esta petición me empecé a plantear si realmente quería colaborar con una empresa que, aparentemente se mostraba muy receptiva con las nuevas fórmulas de búsqueda de colaboradores, pero que llegado el momento de cerrar la negociación volvía al consabido currículum como si todo lo que estaba en mi perfil de LinkedIn fuesen meros adornos.

Lo importante es un currículum con toda su frialdad, su letra arial y ese halo de que cuanto más aséptico mejor.

Hace poco, en un curso de estrategia en la búsqueda de empleo les comenté a los alumnos que  se tarda de media 6 segundos en leer un currículum. En ese tiempo es bastante difícil poder condensar toda tu vida profesional, además de mostrarte como un candidato atractivo y diferenciarte de todos los demás.

Reconozco que es algo muy complicado y que yo no tengo una fórmula mágica. No creo que haya un formato de currículum que sea mejor que otro porque el tiempo que se dedica a su lectura es bastante poco.

¿Si no tienes un currículum, es que no eres nadie?

Cuando eres empleado por cuenta ajena y quieres seguir siéndolo por mucho tiempo, asumes que necesitas un currículum para seguir en esa rueda.

A mí me pasó.

Mi currículum era como mi tarjeta de presentación. Nunca estaba del todo contenta con el. Cada cierto tiempo lo modificaba, buscaba nuevos formatos y hacia cambios para ver si el contenido podía resultar más interesante que el de mis potenciales competidores.

Cuando dejé de trabajar por cuenta ajena para ser mi propia jefa, decidí tirar mi currículum a la basura. Ya no lo quería ni lo necesitaba. Para eso tenía mi perfil de LinkedIn que me representa mucho mejor que las 400 o 500 palabras que conformaba mi currículum.

Me sorprende que haya empresas que le pidan a un colaborador freelance, como es mi caso, un currículum. Al fin y al cabo yo no tengo ningún intención de entrar en el juego de los procesos de selección.

Pero todavía me sorprende más que haya tantas personas que se agarren con tanta fuerza a un trozo de papel, encomendándole su destino laboral.

Hace unos años, cuando no existía LinkedIn ni las redes sociales, no te quedaba más remedio que llevar tu currículum contigo a todas partes. Era tu seña de identidad.

Sin embargo, hoy en día, es preferible que sean tus proyectos, lo que haces y no lo que dices que haces, que hable de ti como profesional.

¿Quieres diferenciarte para destacar frente a tus competidores?

Empieza por averiguar qué pasaría si no tuvieses currículum.

Isabel Iglesias

Comparto contigo el vídeo de la OpenClass que impartí el pasado día 8 de Septiembre en La Unir sobre cómo reclutar en LinkedIn, Facebook y Twitter.
reclutamiento LinkedIn, Facebook y Twitter
Nominada a los I Premios Mejores Iniciativas y Talento
banner post women at RRHH

También podría interesarte

Comentarios (16)
  1. David Nieto-Sandoval 9 años atrás

    Existe una solución tecnológica que permite al candidato demostrar lo que sabe hacer.

    Contestar
  2. sandrags1983 9 años atrás

    Me ha gustado mucho esta entrada. Muy reveladora. A día de hoy me encuentro en la fase «no me gusta mi currículum»; porque no me veo reflejada en él ya que resumir mi vida en dos o tres páginas es complicado. Intento buscar la manera de innovar y adaptarme.
    Gracias por los consejos!
    Saludos!

    Contestar
    • fgguaza 9 años atrás

      ¡Hola Sandra!
      Pues el blog es un gran medio para demostrar tu «curriculum». Es tu casa en internet. Y puesto que ya tienes uno desde hace casi un año… puedes empezar por ahí ¿que opinas?
      Saludos

      Contestar
      • sandrags1983 9 años atrás

        Cierto, al final el blog es una manera de que te conozcan y saber cómo eres y no solo lo que has hecho! Muchas gracias por tu comentario!
        Saludos!!

        Contestar
    • Isabel Iglesias 9 años atrás

      Gracias Sandra por tus palabras y bienvenida a tu vida sin currículum.
      Estoy segura que terminarás por encontrar la herramienta que mejor se adapte a tus necesidades sin necesidad de recurrir a dos hojas de papel.
      Isabel

      Contestar
  3. Fernando 9 años atrás

    ¡Hola Isabel!
    Como siempre, muy interesantes tus reflexiones.
    Me quedo con dos partes fundamentalmente con las que estoy totalmente de acuerdo:
    #1. «No creo en el curriculum». No cumple el fin que se le quiere dar. No es lo mismo decir que hacer. Y nunca lo será.
    #2. «Personas y no huecos». Considero que es un gran problema que no parecen entender muchas empresas. Por eso seguimos llamándolo Recursos Humanos, como si las personas fuésemos recursos como la grapadora o la gasolina del coche de empresa.
    Si una empresa que quiere contar con alguien como tu, con tu blog, tus publicaciones, tu LinkedIn te pide un curriculum… seguimos sin entender el nuevo paradigma laboral.
    Un saludo

    Contestar
    • Isabel Iglesias 9 años atrás

      Pues eso mismo pienso yo Fernando.
      Hay cosas que no entiendo de cómo se mueven algunas empresas.
      Supongo que si siguen intentándolo es porque les funciona.
      Lo que ya no tengo tan claro es si les funcionará con las personas con las que de verdad están interesadas en contar.
      Esto es como todo. Tú no aceptas, pero otro sí. ¿Bajas tu criterio de elección o te quedas con lo que los demás no quieren?
      Gracias por tu comentario.
      Isabel

      Contestar
  4. Juan Pedro Sánchez 9 años atrás

    Efectivamente, Isabel.
    Es una tremenda incoherencia que te contacten vía Linkedin y que te pidan un CV en papel, aunque demuestra un poco que usamos las nuevas tecnologías y formas de comunicar, pero no terminamos de «soltar» los viejos hábitos.
    Enhorabuena por el post!
    Un abrazo.

    Contestar
    • Isabel Iglesias 9 años atrás

      Muchas gracias Juan Pedro por tus palabras y encantada de tenerte por aquí!!
      Isabel

      Contestar
  5. José 9 años atrás

    Hola Isabel,
    Comparto la base del planteamiento que expones, da más credibilidad demostrar lo que sabes a través de proyectos, blog profesional, Linkedin, portfolio etc., que simplemente diciéndolo en el CV.
    Y entiendo que en tu caso, no deberían pedirte un CV (dichosa costumbre). Pero no todos los profesionales, ni todos los Freelance tienen una marca con suficiente fuerza como para no pedir información adicional, creo que esa es la clave y la diferencia: “la autoridad de la marca personal”.
    La realidad es que al final siempre se pide un CV, aunque sólo se use como índice para estructurar la entrevista. Es un formato muy cómodo de almacenar, buscar, abrir, visualizar e imprimir (seguimos imprimiendo papel).
    Si finalmente, te van a pedir un CV, es necesario cuidar la imagen que transmites con él. No hay que despreciar el formato, lógicamente la estética debe estar al servicio del contenido (a veces el contenido también falla).
    Me gusta ver el CV como una página web (o blog), donde el contenido es lo relevante pero donde se cuidan otros detalles que potencian del contenido. Como blogueros nos preocupamos de que el tamaño y fuente de letra sea el más legible y cómodo de leer (no todos son iguales en esto), nos preocupamos de añadir imágenes que rompan la monotonía del texto, gestionamos los espacios para hacer una lectura más cómoda y clara, cambiamos el tamaño y formato de los títulos, sombreamos palabras, añadimos viñetas, usamos negritas y diferentes colores con el fin de facilitar la lectura transversal (escaneado), y llamar la atención del usuario hacía la información más relevante, y todo esto para crear una experiencia más agradable, ágil y cómoda para el lector, que provoque en él una acción o interés, ya sea escribir un comentario, seguirte en las redes sociales, enviarte un mail, recomendarte a otros usuarios, volver a visitarte o proponerte un proyecto.
    En fin, de momento Currículum, blogs, redes sociales tendrán que convivir y complementarse. Quién sabe lo que se demandará en el futuro y cómo nos diferenciaremos cuando todos tengamos un buen blog y una presencia activa y profesional en las redes.
    Siempre generas conversación, enhorabuena, un abrazo
    José

    Contestar
    • Isabel Iglesias 9 años atrás

      Es cierto José: redes sociales y currículum convivirán durante mucho tiempo me temo.
      Ahora creo ya entender por qué no me gusta el currículum: después de casi 3 años escribiendo un blog, con todos esos detalles que mencionas y teniendo en cuenta que nuestro único límite es lo que salga de nuestros dedos al teclear, ¿quién quiere quedarse en tan solo dos folios?
      Gracias por tu comentario.
      Me encanta leerte!!
      Isabel

      Contestar
  6. Carlos Nava Condarco 8 años atrás

    Bonito tema y muy bien tratado.
    Muchas veces la gente que posee más talento es la que menos habilidad y paciencia tiene para dedicarse a la confección de estas «hojas de vida» que ya se han convertido en una especie de arte. Y por otra parte existe mucha gente que tiene mas bien talento para hacerlas y poco más.
    Los conceptos y los sistemas ortodoxos para identificar el talento entre la gente ya son francamente arcaicos. Esto que alguien pueda resumir su vida (y mas aún transmitir el Valor que tiene), en un par de páginas es algo que atenta contra la lógica, casi de la misma forma que juzgar el Valor de una persona en función estricta de su historia laboral. Probablemente cuando los métodos de selección retomen algo de sentido común se vuelvan, a la vez, mas efectivos. Sin embargo ése momento no será muy bien recibido por la «tecnocracia» que se ha formado en ésas oficinas de Recursos Humanos que probablemente ya esten cerca (como calculo entender en uno de los comentarios) de crear un «software» electrónico que resuelva todo esto.
    Le reitero mis felicitaciones por su artículo.

    Contestar
    • Isabel Iglesias 8 años atrás

      Muchísimas gracias Carlos por tu comentario. No puedo estar más de acuerdo. Es imposible decir lo que uno es solo 2 folios y no dejarse media vida profesional fuera.
      Lo triste es que parece que cada vez más nos empeñamos en simplificar nuestro trabajo y eso termina por convertirnos en autómatas.
      Nos olvidamos de que trabajamos por y para las personas.
      Saludos
      Isabel

      Contestar
  7. […] convencido de que si sigues el blog, sabrás que no soy muy amigo del curriculum. En este artículo de Isabel Iglesias, verás que no soy el […]

    Contestar
  8. […] ya del curriculum, en la medida de lo posible, puesto que hay empresas que siguen pidiéndotelo. Recuerda, que no es la manera más idónea de mostrar tu […]

    Contestar

Publica un comentario

Tu email no se publicará.