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El poder de las palabras o las palabras al poder

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Este verano lei lo siguiente en una servilleta de un chiringuito: «Debes centrarte en ser feliz»

La frase en si estaba bien, o por lo menos la intención parecía buena. Lo que ocurría es que había algo en ella que me chirriaba.FullSizeRender
Está claro que lo de ser feliz es un buen propósito. Ahora bien, ¿»debes» era el verbo más adecuado?. Toda la fuerza que podía tener la frase quedó diluido por utilizar una palabra poco adecuada. «Debes» es una de esas palabras que implican obligación. Cuando la escucho me suele venir a la cabeza las típicas frases que nos decían de pequeño como «Deber portarte bien», «Debes ser buena niña» o «Debes estar más callada».
Esa es una de las razones por las que las palabras tienen poder: el poder de crear o el de destruir.

Todo depende de las palabras que usemos y, sobre todo, cómo las usemos.

Martin Luther King, Mahatma Ghandi, Nelson Mandela o Eleanor Roosevelt fueron grandes convencidos del poder de las palabras y las usaron sabiamente para inspirar, movilizar, o simplemente cambiar el curso de la historia con alguna de sus frases inspiradoras.

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras
Cuida tus palabras porque se transformarán en actos
Cuida tus actos porque se harán costumbres
Cuida tus costumbres porque forjarán tus actos
Cuida tu caracter porque formará tu destino
Y tu destino, será tu vida
Mahatma Ghandi

Durante las sesiones de Coaching aprovecho para analizar las palabras que usan las personas con las que trabajo.

Resulta sorprendente cómo el simple hecho de sustituir una palabra por otra, opera un resultado casi mágico.

Y sin embargo nos seguimos empeñando en usar palabras que claramente nos hacen daño e incluso pueden estropear nuestra comunicación con los demás.

¿A qué se debe esto? fundamentalmente a que las palabras tienen connotaciones de caracter emocional. Las palabras encierran emociones que las personas sentimos y que exteriorizamos al pronunciarlas. Ese es el motivo por el que las palabras generan emociones al oirlas. No sólo por la emoción que nos evoca al escucharla sino por la que estamos viendo en nuestro interlocutor. La capacidad de empatizar con los demás nos ofrece la posibilidad de sentir lo que ellos están sintiendo mientras que escuchamos las palabras que pronuncian.

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Lo que pensamos, es decir las palabras, no son  más que la representación de nuestras ideas e imágenes. Nos servimos de ellas para expresar y contar nuestro mundo a los demás así como nuestras emociones.

Pensar, Sentir y Hacer son tres palabras que están íntimamente relacionados entre sí: así, lo que pensamos influye en lo que hacemos y en lo que sentimos. Lo que hacemos inluye en lo que pensamos y sentimos. Lo que sentimos en lo que hacemos y pensamos.

Una de los ejercicios que suelo proponer a las personas que asisten a las sesiones de coaching es que prueben a cambiar algunas palabras por otras con menos connotación negativa para ellos.

Una de las más usadas y que mejores resultados da es cambiar la palabra culpa por responsabilidad. La palabra culpa suele llevar aparejada una emoción negativa importante. El simple hecho de dejar de usar esa palabra supone que la persona se libere de esa carga negativa. A partir de ahí su emoción cambia y normalmente también sus acciones. Es muy diferente llevar a cabo una acción partiendo de un pensamiento o de una emoción negativa a una neutra o incluso positiva.

El simple hecho de cambiar nuestro pensamiento produce ya un cambio en nuestra emoción y por lo tanto en lo que hacemos.

De lo que se trata es de experimentar con esos cambios y darse cuenta de cómo influyen en nosotros.No se trata sólo de cambiar una palabra sin mas sino de  ver qué efecto tiene esa palabra.

Cada día tenemos la oportunidad de experimentar con las palabras.No hay obligación de usar aquellas que no nos gustan o que nos hacen daño.

Simplemente libérate de ellas.

Las palabras no están atadas a nosotros. Somos nosotros los que nos atamos a ellas por miedo a sentir algo diferente.

 

Isabel Iglesias
 
 
 
 

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Comentarios (5)
  1. Mónica 9 años atrás

    Isabel estudié con Heriberto en Fundesem. Me encanta leerte, aprendo mucho. Saludos desde Caracas. Abrazos a los 3. Sabrina debe estar inmensa.

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    • Isabel Iglesias 9 años atrás

      Gracias Mónica, qué alegría saber de ti. Heri me ha hablado de ti.Muchas gracias por tus palabras y espero que sigas leyéndome mucho tiempo. 🙂

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  2. Mamen Lucas Prieto 9 años atrás

    Claro y cercano, me gusta, lo comparto en Facebook en Tengo un blog. Gracias.

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  3. Jessica 9 años atrás

    Las palabras son muy poderosas, cierto es, si tenemos el don de la palabra, somos poderosos. Hoy te he descubierto y no paro de leerte. Desde hoy alguien más lee tus palabras. Además, ambas somos de Las Palmas de GC y estamos en otro lugar por motivos laborales 😉

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    • Isabel Iglesias 9 años atrás

      Bienvenida pues Jessica 🙂
      Me alegra que te guste el blog y me siento muy halagada por tus palabras.
      Isabel

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