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@p_torrijos en el Rincón del blogger: "Así no soy yo". Guerra al estereotipo.

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Un blog es una extensión de tu espacio personal, una prolongación de ti mismo. Al menos así lo siento yo. Por eso, que “Descubriendo talento” me abra las puertas de su casa y me regale este espacio, no tiene precio. ¡Gracias Isabel!
La fuente de inspiración para escribir este artículo es un brillante y polémico anuncio de publicidad que Pantene Filipinas subió a Youtube hace tan sólo cuatro meses y que ya supera los 45 millones de visitas.
El slogan es “No dejes que te etiqueten. Sé fuerte y atrévete a brillar.
Un mensaje lo suficientemente sugerente como para reflexionar en voz alta sobre la abundancia de estereotipos negativos, leyendas y tergiversaciones de la realidad que nos conducen a juzgar a los demás en base a creencias populares. Creencias que por lo general son falsas.
Este es el video de la polémica.

Como puedes suponer, se ha hecho viral por el mensaje de fondo que contiene: “cuando hombres y mujeres hacen las mismas cosas pero se interpretan de manera completamente distintas”.
¿Qué opinas? ¿Lo encuentras acertado o crees que exagera?
La voz discordante la han puesto aquellos que lo califican de feminista e hipócrita por mostrar una situación que no se corresponde con la realidad y le reprochan el querer despertar estereotipos ya superados por las generaciones más jóvenes.
Sin embargo, Obama declaró hace tan sólo dos meses que en pleno siglo XXI las mujeres aún siguen cobrando un 23% menos de lo que gana un hombre por hacer el mismo trabajo. Así que no, no parece que hayamos superado algunos prejuicios. Y aunque éstos de género representan sólo una pequeña parte, hay otros muchos que también implican una amenaza para la igualdad de oportunidades.
Prueba de ello es una curiosa anécdota que según la wikipedia sucedió en la Orquesta Filarmónica de Viena. Según parece, es habitual que en las orquestas de música más importantes se realice la selección de los músicos tras una cortina. De esta manera, el jurado evalúa a los aspirantes sin conocer su edad, raza, género o apariencia física, y así puede concentrar toda su atención en la habilidad y el talento que demuestra cada uno en la prueba.
Pues bien, se cuenta que una vez finalizada una de esas “audiciones a ciegas” y levantada la cortina para dejar al descubierto al músico que obtuvo la mejor calificación, el jurado descubrió con sorpresa que se trataba de un “japonés”. Y a pesar de ser el mejor en aquella audición, decidieron no contratarle porque su cara no encajaba en la pieza que iban a tocar. Al parecer, su aspecto asiático “no iba bien con la Pizzicato-Polka del Concierto de Año Nuevo”.
No tiene ningún sentido, ¿verdad?
Últimamente se ha puesto de moda hablar de los estereotipos asociados a la edad en el ámbito laboral. Se cree que los 40 años que separan a los trabajadores más maduros de los más jóvenes originan conflictos entre ellos porque tienen valores, intereses, formas de pensar diferentes y estilos de trabajar opuestos. Lo llaman “choque generacional”.
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Sin embargo, a estas alturas, los Baby Boomers (nacidos entre 1949-1965, adultos entre 49 y 65 años) son conscientes que los nuevos tiempos pasan por la flexibilidad, la adaptación a las nuevas tecnologías y el trabajo en equipo, a pesar de que se les estereotipa como reacios al cambio y con limitaciones para aprender nuevas habilidades. Es posible que la mayoría en este grupo de edad esté acostumbrada a un estilo de mando más formal y prefiera comunicarse de manera directa en un one-to-one antes que por mail, pero eso no quiere decir que no se hayan adaptado.
Yo soy fruto de la Generación X (nacidos en la horquilla 1965-1980, los que este año cumplimos entre 34 y 49 años). Se dice de nosotros que somos independientes, con tendencia a trabajar en solitario antes que en equipo y un poco rebeldes a la hora de hacer horas extras. Pero sinceramente, no creo que el buscar un equilibrio entre el trabajo y el ocio, y apreciar el tiempo en familia sea exclusivo de esta generación, como tampoco que estemos menos dispuestos a colaborar que la generación que nos sigue, la generación Y.
De los Millennials o Generación Y, los trabajadores más jóvenes nacidos en los 80 y 90, se dice que son flexibles, creativos y con facilidad para la multitarea. También que prefieren la flexibilidad de horarios y la transparencia en la información. ¿Pero acaso no desean lo mismo el resto de generaciones?
En mi opinión, no debemos tomarnos muy en serio este tipo de generalidades. No creo que haya características únicas para cada generación y me parece exagerado pensar que los conflictos de trabajo se producen por la brecha generacional. Hay diferencias sutiles, sí, pero ninguna que no pueda resolverse con un poco de tolerancia y comprensión por parte de todos.
Además, el creerse a pies juntillas estereotipos como estos puede dar lugar a agravios.
Por ejemplo, que un “millennial” no se atreva a ser asertivo y asuma una injusta sobrecarga de trabajo porque se supone que los de su generación son capaces de enfrentar múltiples tareas a la vez. O que a un ejecutivo “baby boomer” se le deje al margen de un proyecto de renovación organizacional porque el estereotipo dicta que los de su generación no son amigos de los cambios y por tanto, sabotearía el proyecto.
No voy a ser yo quien diga que es fácil librarse de estereotipos y prejuicios, porque es algo innato al ser humano, pero sí podemos hacer otras cosas para evitar su influencia, como reírnos de algunos de ellos, pensar con criterio propio, ser más empáticos y no contribuir activamente a hacer más grandes los estigmas sociales.
Por lo que a mí respecta, tengo un propósito: hacer oídos sordos a todo el que me diga  cómo tengo que ser y cómo debería comportarme según estereotipos y creencias ajenas. Esto no quiere decir que no me importe lo que la gente piense de mí, porque realmente sí me importa, pero no voy a caer en la trampa de que una “etiqueta” cualquiera me limite e interfiera en mis planes.
Termino recordando el slogan del anuncio: “No dejes que te etiqueten. Se fuerte y atrévete a brillar”. Que no pueda contigo el estigma social (cualquiera que sea). Cree en ti y en lo que puedes hacer.
Cuando se trata de personas, no hay molde que valga.
Pilar (BN)Pilar es licenciada en Derecho por la Universidad Computense de Madrid. Tiene un MBA cursado en ICADE.
Ha desarrollado su actividad profesional en el área de ventas, dirigiendo y supervisando equipos comerciales de diversos sectores.
Actualmente es la autora de «El Blog del Mando intermedio«, donde escribe sobre las inquietudes de esta figura en el organigrama desde un punto de vista didáctico.
Puedes conocerla un poco más visitando su perfil de LinkedIn y Twitter.

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